Concibe Felguérez nuevo icono urbano

AutorJulieta Riveroll

A medio camino entre el Monumento a la Revolución y el Palacio de Bellas Artes, la escultura de Manuel Felguérez se erige como una puerta simbólica que comunica la historia con la cultura, dos aspectos esenciales de los festejos patrios programados para el 2010.

Colocada ayer en el cruce de Avenida Juárez y Paseo de la Reforma, esta pieza monumental hecha de acero al carbón se basa en el uso de la recta y la curva, formas geométricas presentes en el resto de la producción artística del zacatecano.

"No es una obra aislada, es parte de una búsqueda a lo largo de mis 60 años de profesión. Tiene que ver con las esculturas que hice recientemente para el Auditorio Nacional, la UAM y el Poli: son abstractas, hechas de acero al carbón, de grandes dimensiones, y juegan con la concavidad y la convexidad", explicó el creador.

Puerta 1808 es el título de la escultura que Felguérez realizó por encargo del Gobierno del Distrito Federal para conmemorar el año en el que Francisco Primo de Verdad y Ramos divulgó las primeras ideas sobre la Independencia, junto con otros miembros del Ayuntamiento de la Ciudad de México.

La escultura, que se inaugurará el 20 de octubre, está dividida en dos piezas principales como símbolos de la Independencia y la Revolución. A través de esa forma, el miembro de la Generación de la Ruptura quiso dar un efecto de ligereza y equilibrio.

Pensada como una puerta de entrada al Centro Histórico, la obra de 15 metros de altura dialoga con el contexto arquitectónico integrado por edificios como la Torre del Caballito y el de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de ahí su color negro metálico.

Vista desde la Avenida Juárez, la puerta está alineada con el Monumento a la Revolución; viniendo por Paseo de la Reforma, se observa cómo remata en el Palacio de Bellas Artes, enmarcando así épocas distintas.

"La escultura es un reflejo del paso de la historia porque la ciudad es un organismo vivo, al que se le quitan y se le añaden cosas", dijo el artista.

Durante una visita realizada a mediodía, más de una veintena de trabajadores se dedicaban a los acabados de la obra y a demoler parte del camellón. Faltaba aún colocar los cables (suspensores) que unen a las piezas y darle una segunda capa de pintura a la puerta.

Proporcionar placer visual es la función estética de su escultura, admitió Felguérez, y ello concuerda con la...

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