Videofagia/ Conaculta: clásicos mexicanos

AutorRafael Aviña

Ante la avalancha de cine hollywoodense, son escasas las distribuidoras que se han arriesgado a editar en video cine mexicano, y peor aún aquél considerado clásico, filmado por lo general en blanco y negro.

Es el caso de Mexcinema Video, compañía que a pesar de su amplio catálogo con figuras de culto que van de Tin Tan a El Santo, Ninón Sevilla, Pedro Infante y más, no ha sabido manejar una adecuada campaña de promoción. Lo mismo sucede con la Videoteca Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que incluye en sus listados rarezas como Una Familia de Tantas, El Cambio, De Todos Modos Juan Te Llamas, Cualquier Cosa, la colección Ripstein y los tres mayores clásicos del cine de la revolución mexicana.

Un coronel ordena, sin saberlo, el fusilamiento de su propio hijo. La relación trágica entre un hacendado oportunista y un general zapatista. Y la oscura epopeya revolucionaria al lado del Centauro del Norte. Todas ellas son premisas de notables filmes de la prehistoria nacional: El Prisionero 13 (33), El Compadre Mendoza (33)y ¡Vámonos con Pancho Villa!(35), dirigidas por uno de los realizadores más singulares y exitosos que ha dado México: Fernando de Fuentes. Creador que encarnó al prototipo del pionero fílmico que exploraba en las raíces de la Historia nacional para extraer la materia prima de sus dramas fílmicos, planteados como verdaderas superproducciones de la época.

Autor de una filmografía en la que se aprecia su interés por experimentar en todos los géneros, como lo muestran la cinta de aventuras Cruz Diablo, el drama de horror sicológico El Fantasma del Convento (ambas en la Videoteca Cultural), o la comedia ranchera Allá en el Rancho Grande, De Fuentes supo concebir una sólida visión de ese México bárbaro: el de un país convulsionado por la guerra, ironizando dramáticamente acerca de las diversas facciones en busca del control político, como sucede en El Prisionero 13, cuyo título hace alusión a un joven revolucionario que es fusilado por un abyecto militar, quien se entera en el último minuto que se trata de su hijo al que nunca conoció.

Su final, bastante brutal, tuvo líos con la censura de la época al grado que la conclusión se vio en la necesidad de ser arreglada para mostrar que todo es tan sólo producto de una pesadilla concebida por el coronel, quien despierta de un mal sueño...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR