Comunidades chinantecas exigen que se abra presa

TUXTEPEC, Oax., abril 28 (EL UNIVERSAL).- El gobierno federal y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se niegan, desde hace seis años, a abrir las compuertas de la presa Cerro de Oro, en Tuxtepec, provocando que se sequen los arroyos, limitando el acceso al agua limpia a 10 comunidades chinantecas y contaminando la rivera de estos pueblos, que denuncian la creciente de algas, sargazo, lodo y podredumbre del agua estancada.Debido a la negativa del gobierno federal de liberar el agua y así mitigar la contaminación, crearon un frente integrado por Santa Úrsula, Los Reyes, San Rafael, Colonia Obrera, Paso Canoa, Cerro de Oro, Camelia Roja, Piedra Quemada, La Esmalta y Sebastopol."El alga que apareció dentro del río Santo Domingo y sus diferentes arroyos conectados a la presa Cerro de Oro lleva ya varios años afectando a los peces y a los pescadores", explica a EL UNIVERSAL David López Mumenthey, agente municipal de Santa Úrsula."Hemos estado en contacto con personal de Conagua en Xalapa, sin que nos den una respuesta efectiva, sólo nos dicen que no tienen facultad para autorizar se abra la compuerta y se vaya el agua estancada, nos mandan con otras instancias".El líder comunitario expone que las afectaciones en el ecosistema cada vez son mayores, ya que la gente se abastecía del agua de la presa para darle de beber al ganado; ahora tienen que ir al Arroyo Sal, que aún está limpio.Se defendieron de extranjeros, se defenderán del gobierno mexicanoLa población de estas comunidades es parte de la descendencia de 26 mil personas desalojadas violentamente, cuando el presidente Luis Echeverría Álvarez decretó en 1972 la construcción de la presa sobre los ríos Santo Domingo, San Juan Evangelista y Tesechoacán.La obra, que concluyó en 1989, dejó un amargo recuerdo en la población, que vio sus casas y terrenos inundados por el agua.López Mumenthey llegó en 1980 a la comunidad a trabajar como maestro rural y decidió quedarse por el agua abundante y la vegetación vigorosa; en ese tiempo conoció a muchas familias relegadas por la presa, las cuales tuvieron que abandonar sus mejores tierras de cultivo.En todo ese tiempo, afirma David López, nunca había visto el nivel de contaminación de los ríos aledaños al embalse y una negativa tan tajante de Conagua para abrir las compuertas."Hay amparos legales para ver la situación, ya casi no hay peces y la gente que habita la rivera del [río] Santo Domingo se las está viendo muy mal y no tenemos respuesta, es...

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