De compras en Sayulita
| Autor | Cecilia Núñez |
Enviada
SAYULITA, Nayarit.- El más tímido rayo de luz que trae consigo el amanecer te saca de la cama del hotel que has tomado como base de operaciones para recorrer la costa Pacífico del estado de Nayarit.
Es hora de caminar por las tranquilas playas de Punta de Mita. Ahí se levantan pocas construcciones turísticas, pero las hay de todo tipo: desde hoteles internacionales que ostentan lujo a kilómetros de distancia hasta sencillas enramadas donde se venden mariscos frescos, a estas horas todavía presos dentro de las redes de los pescadores, quienes se adentraron al mar minutos antes del amanecer.
La gente en la playa te cuenta que uno de los mejores lugares para desayunar, con el jugueteo de las olas del mar como fondo es Sayulita.
Tomas la carretera Punta de Mita-Sayulita y te dejas llevar durante 20 minutos a través de caminos sinuosos franqueados por árboles de un verde que sorprende.
El pueblo de Sayulita, que todavía no vence el sueño, se viste del dorado de las primeras horas de la mañana. Caminas por las calles empedradas rumbo al mar y te encuentras con el restaurante Don Pedro's. Es temprano para entrarle al coctel de camarón, pero unas enchiladas y un café te coquetean con su foto en el menú.
Desde tu mesa, a unos pasos del mar, el lugar se te presenta como uno de los favoritos para los surfistas, a quienes captura tu cámara retando a las olas, si es que son los más experimentados, o tratando de guardar el equilibrio en la tabla, si son principiantes.
Estás preparado para explorar las calles de Sayulita, abrir las puertas de las tiendas de artesanías y boutiques de moda, "meterte hasta la cocina", platicar con la gente del pueblo y descubrir los secretos de un lugar que seduce de tal manera, que muchos de sus visitantes se convierten en residentes.
Hijas de la tierra
Nathalie, Laurance y María José son las hermanas más jóvenes de las nueve de la familia. Crecieron viajando, y son apasionadas de la joyería y la moda de los lugares que visitan.
La última década la pasaron cruzando los mares a bordo de un bote de madera construido por su familia y coleccionando textiles y ropa antigua durante su recorrido.
Ahora, a sus treinta y tantos, han abierto sus propias boutiques de ropa y accesorios en lugares como Key West, Florida; Ils Saint-Louis, Francia y Bora- Bora, la Polinesia Francesa.
Este paraje de pueblo mexicano auténtico y sin pretensiones rodeado de mar no podía faltar en su catálogo de boutiques. De hecho, Sayulita las...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba