De Compras

AutorRocío Díaz

¡Ojo al hacer sus compras!

Esta semana a los adolescentes de casa les tocó hacer el súper en el HEB. Es tiempo de que pongan en práctica algo de lo que aprendieron acompañándome cuando eran chicos.

Todo fue perfecto y en tiempo récord, todo excepto un detalle: compraron cuatro panes franceses, pero la persona que embolsa marcó 44 piezas en lugar de cuatro, y los jovencitos ni cuenta se dieron.

Lo que me encantó fue que mis hijos jamás dudaron que pudiera haber un error de este tipo en una tienda, lo cual es una virtud que sólo se tiene en las edades más tempranas, lo malo es que estas experiencias se encargan de ir gastando esa confianza ciega en los demás.

Los jóvenes aprenden mucho de ir al súper, así que hay que pedirles que regresen y que pidan los 42 pesos en disputa, que no es mucho en términos económicos, pero el aprendizaje vale oro.

Cuando se dan cuenta que esto puede pasar en todos lados, abren más los ojos y tienen otra perspectiva de la realidad, y con tanto por aprender, creo que ellos estarán haciendo el súper varias veces más.

Eso sí, el error en la panadería y el error de no haberlo visto, les valió que les recetara el sermón sobre las compras a la defensiva y las tácticas para escrutinizar la pantalla de la caja cada vez que pasa un producto, por ejemplo, pedirle al cajero que vaya cobrando despacio, detenerlo cuando se tenga alguna duda y, en pocas palabras, preguntar y seguir preguntando, ver, revisar y seguir revisando.

Tú no sabes cuánto dinero he conservado con esta estrategia, es más, me atrevería a...

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