Complementando el análisis: conceptos psicológicos y conceptos de color.

AutorPérez, Diana I.
CargoSimposio del libro Sobre el an

[Complementing the Analysis: Psychological Concepts and Color Concepts]

Todos los temas y problemas filosóficos son complicados y multifacéticos, pero sin duda el de los conceptos es uno de los más arduos porque en él se intersectan múltiples asuntos que enlazan a la filosofía del lenguaje, la filosofía de la mente y la filosofía de la acción (además de la epistemología y la filosofía de la lógica y las matemáticas). En efecto, para la filosofía del lenguaje los conceptos son los significados lingüísticos, para la filosofía de la mente son los constituyentes del pensamiento y para la filosofía de la acción son aquello que subyace en cierto tipo específico de acciones habilidosas. Poseer un concepto supone, entonces, ser capaz de comprender un lenguaje, de realizar ciertas inferencias y otras actividades cognitivas como categorizar y también ser capaz de actuar con base en cierta información que poseemos, esto es, de realizar ciertas inferencias prácticas.

La tradición analítica de la filosofía ha puesto a los conceptos en el centro de la escena al proponer el análisis de los conceptos como una de las metodologías centrales para la filosofía. Al fin y al cabo, es la noción de análisis lo que parece ser el común denominador de las indagaciones y lo que le ha dado el nombre a esta tradición. (1) Sin embargo, la noción de análisis es tanto o más compleja y multifacética que la de concepto. En su excelente libro Sobre el análisis, Axel Barceló Aspeitia defiende una tesis externista del análisis de acuerdo con la cual "el análisis lógico de un concepto o proposición no puede reducirse a su mera descomposición, sino que es necesario tomar en cuenta sus relaciones lógicas con proposiciones o conceptos que no están contenidos en él" (Barceló Aspeitia 2019, p. 9). Así, el autor deja de lado de manera explícita el "problema de la categorización", es decir, la cuestión de cómo (por medio de qué mecanismos psicológicos) "aplicamos nuestros conceptos a la realidad" (Barceló Aspeitia 2019, p. 19; las itálicas son mías). (2) Fiel a su formación e intereses en la lógica y las matemáticas, sólo se ocupa de la sintaxis lógica de los conceptos, por lo que deja de lado la cuestión de la verdad o falsedad y, en general, de la conexión de los conceptos con el mundo. En este trabajo me propongo complementar el desarrollo de Barceló en su defensa de una teoría externista de los conceptos incorporando algunas consideraciones acerca del problema de la categorización y, en general, de la aplicación de nuestros conceptos a la realidad. Sin duda, esto supone abordar la cuestión de los mecanismos psicológicos (tanto cognitivos como perceptivos) que intervienen en nuestra capacidad de categorización, de discriminación y de conexión entre nuestro pensamiento y el mundo exterior.

Para poder hacer esto, voy a "traducir" algunas de las afirmaciones de Barceló a un lenguaje que suele ser el que se emplea en las discusiones recientes en el ámbito de las teorías filosóficas y psicológicas relativas a los conceptos para ubicar su propuesta en esos otros ámbitos de reflexiones. En primer lugar, me parece claro que la teoría que defiende Barceló no es una teoría atomista (como la de Fodor 1998), sino que, por el contrario, adopta la tesis de que los conceptos tienen una estructura. De hecho, es la estructura del concepto lo que revela el análisis.

Ahora bien, dado que esta estructura está constituída por las relaciones lógicas que el concepto a analizar tiene con otros conceptos, me atrevo a inscribir la teoría propuesta en la categoría de las teorías inferencialistas o teorías del papel conceptual o inferencial de los conceptos. Se trata de teorías de muy diversa índole que han sido sostenidas con profundas diferencias por, entre muchos otros, Harman 1982, Block 1986, Brandom 1994 y Peacocke 1992, y que se remontan en última instancia al segundo Wittgenstein.

En términos canónicos estas teorías entienden que cada concepto está constituido por el conjunto de inferencias a las que da lugar, que autoriza o prohíbe. El ejemplo paradigmático para comprender la idea detrás de estas teorías es el del significado de las constantes lógicas. En este contexto, se podría sostener (Harman 1986) que el significado de, por ejemplo, la conjunción lógica se agota en dos reglas de inferencia, la de introducción y la de eliminación de la conjunción. Y lo mismo vale para el resto de las constantes lógicas. Desde luego, esta idea funciona muy bien para este caso porque se trata de términos lógicos en los que las reglas de inferencia que los caracterizan revelan la estructura del concepto e involucran proposiciones con cierta forma lógica. Sin embargo, no todos...

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