Compiten por estar en el anaquel

AutorJorge Velazco y Luis Durán

Germinan en grande

Jorge Velazco

Esta pequeña semilla de origen mexicano ha dado grandes frutos para la empresa Santo Tomás.

Todo empezó hace más de 12 años, cuando esa comercializadora ofrecía a granel en Estados Unidos la chía que compraba a productores de Acatic, Jalisco.

Con el paso de los años, los integrantes de este negocio se dieron a la tarea de investigar qué estaban haciendo con la chía y descubrieron que las semillas se procesaban en diferentes productos.

Así fue como decidieron crear la marca Xiomega, que se aplicó a una gran diversidad de artículos hechos con chía. El primero que diseñaron y lanzaron al mercado fue un aceite que tuvo éxito en las tiendas de los diferentes formatos de Walmart de México.

Posteriormente desarrollaron las cápsulas de aceite de chía, cuyo primer lote de 10 mil piezas fue colocado también en las tiendas Walmart. Luego vino la fibra, que promueven como la mejor para la salud del sistema digestivo.

"En un principio fue un viacrucis porque el producto no lo conocía la gente", explicó Tomás Limón Aguilar, presidente de Santo Tomás.

También diseñaron diferentes presentaciones de empaque para vender la semilla a granel y, finalmente, lanzaron al mercado una paleta de caramelo que se comercializa en bolsas de 15 piezas.

Además de Walmart, los productos de Santo Tomás se venden en 2 mil 500 puntos de venta, incluyendo Comercial Mexicana, Nutrisa, Benavides y cientos de empresas naturistas. Para el 2014 confían tener presencia en más de 5 mil tiendas y establecimientos.

"Somos una categoría nueva, estamos empezando a educar al consumidor, y cuando la gente la conozca, nos encontraremos en más anaqueles", destacó el emprendedor.

Precisamente al tener clientes en territorio estadounidense, decidieron abrir en ese país una planta de distribución y desarrollo de sus productos.

Purifican su producción

Luis Durán

Tener una marca de tequila no fue suficiente para los hermanos Juan Pablo y Alejandro García Rulfo.

Hace seis años, estos empresarios encontraron una nueva oportunidad de negocio en la maquila de agua embotellada. La idea la obtuvieron de una persona que trabajaba con ellos en la elaboración de tequila.

Lo que le dio el impulso a su proyecto, que bautizaron como Alpier, fue el desarrollo de agua saborizada. A partir de ese momento, hace seis años, empezó a consolidarse este negocio con clientes grandes.

"Al principio, básicamente el químico que elaboraba (las aguas de sabor) tenía buenos contactos con...

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