Comparten techo sicarios rivales

AutorLuis Brito

La disputa por controlar el tráfico de drogas los enfrenta, pero en el Centro Nacional de Arraigo prácticamente se convierten en vecinos pues comparten el mismo techo y en la mayoría de los casos hasta visten del mismo color.

Al menos 81 presuntos operadores y sicarios de los cárteles del Golfo, Sinaloa y Tijuana se encuentran bajo arraigo en ese centro que depende de la PGR, mientras la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) integra averiguaciones en su contra.

Hasta finales de marzo, se encontraban bajo arraigo 43 personas vinculadas con el Cártel del Golfo, detenidas principalmente en los estados de Tamaulipas y Coahuila. También se encuentran retenidos 18 presuntos sicarios del Cártel de Sinaloa sorprendidos con armamento en el Distrito Federal, así como 20 supuestos integrantes del Cártel de los Arellano Félix aprehendidos en Tijuana.

A pesar de que no es una cárcel, los indiciados deben vestir prendas de un color específico de la cintura para arriba -camisa, playera, suéter o sudadera-, dependiendo del delito por el que se les investigue.

Por ejemplo, los indagados por delitos contra la salud deben vestir de color amarillo; los arraigados por tráfico de armas, color naranja; los acusados por operaciones con recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero visten de verde; los investigados por secuestro, de rojo, y los de tráfico de personas, de blanco.

El Centro Nacional de Arraigo es un inmueble de seis pisos, custodiado en su exterior por unos 35 agentes de Fuerzas Federales y de la AFI, y se encuentra en la Colonia Doctores, en el inmueble que hasta el 2003 ocupaba el Hotel Central Park.

Los indiciados están distribuidos en los primeros tres pisos del inmueble, que no tiene una capacidad de alojamiento específica.

En cada nivel hay 16 habitaciones con baño, pero una de ellas no se utiliza porque se encuentra contigua a la reja de seguridad del pasillo, vigilado por dos agentes desarmados.

Una más es destinada a personas discapacitadas, al igual que uno de los tres elevadores.

La mayoría de los investigados pueden compartir habitación o conversar durante la fila que deben formar para realizar las tres llamadas telefónicas de tres minutos cada una, que tienen derecho a efectuar a diario en los dos teléfonos de cada piso.

La mayor parte del día lo pasan en el cuarto, viendo televisión o películas -si tienen la suerte de que sus familiares les proporcionen un reproductor de DVD-. No tienen...

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