Una comida que salva la vida

AutorAlejandra Atilano

Cada año en Jalisco alrededor de 500 personas tienen que ser alimentadas a través de venas o directamente por el intestino para poder vivir, a causa de una enfermedad o accidente que les impide ingerir los alimentos por la boca.

A este método se le llama alimentación artificial y el Centro Médico del IMSS ha sido desde 1979 la única alternativa de alimentación para aquellas personas que padecen o padecieron cáncer en el aparato digestivo, enfermedades del intestino, tuberculosis, trombosis en el intestino, peritonitis grave, quemaduras extensas de segundo y tercer grado y úlceras en el intestino

Efraín Gómez Herrera, jefe de apoyo nutricional del Hospital de Especialidades del IMSS, informó que antes de 1968 no había una alternativa eficaz para atender a las personas que sufrían desnutrición a causa de una enfermedad o accidente, las medidas que se utilizaban eran dietas o vitaminas que se aplicaban en el suero.

"No había más, pero una persona lo que necesita son proteínas, carbohidratos, grasas, proteínas, minerales, vitaminas y ahora eso ya se lo podemos dar por la vena, y gracias a esa alimentación hay pacientes que pueden sobrevivir", comentó Gómez Herrera.

Las personas que siguen el programa de alimentación artificial son aquellas que por una patología no pueden aprovechar los nutrientes de los alimentos que consumen por la vía oral.

"Por ejemplo una persona que pierde el 80 ó 90 por ciento de su intestino, eso ya casi no es compatible para la vida, entonces esa persona lo que pueda comer por la vía oral va a ser insuficiente y lo que comen, en 15 minutos lo tiran", explicó.

Esto provoca que la persona comience a desnutrirse; las proteínas en la sangre van bajando a niveles peligrosos, las defensas disminuyen y se vuelven más propensos a padecer infecciones y son muy débiles.

Comer sin sabor ni olor

La alimentación artificial puede ser brindada a la persona de forma temporal o definitiva, eso depende del padecimiento que presente, sin embargo, la persona puede degustar ciertos alimentos que le apetezcan, aunque no los va a retener, pero se le va a quitar el antojo.

Un programa de alimentación artificial comienza con una evaluación de la persona, miden peso y talla, grasa, músculo y se hace una determinación en la sangre sobre el número de proteínas y colesterol.

"Lo que nosotros hacemos es valorar si ese paciente va o no a necesitar la alimentación artificial, si es candidato", detalló.

Una vez que la persona por sus características...

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