La comida no es castigo

AutorGeorgina Montalvo

El postre no debe utilizarse como premio por haber comido la sopa o el guisado, aun cuando la tentación por hacer comer bien a su hijo sea enorme.

"Tampoco debe condicionarse el consumo de otros alimentos, como el de verduras o pescado, a cambio de que coman chocolate u otra golosina", advierte Berenice Erazo, especialista en el tema.

De hecho, si a cada bocado le recuerda que al final va a tener el postre, la parte "más rica" de la comida para los infantes, pueden no saborear los alimentos previos.

"Además, antes de llegar al postre viven ansiedad o angustia, y eso provoca que no mastiquen bien alimentos, lo que los pone en riesgo de tener problemas digestivos", señala Angélica Díaz, especialista en nutrición.

Díaz recomienda considerar el postre como tercer tiempo de la comida.

"Pero hay que seleccionarlo bien porque es común que se asocie con pasteles y golosinas, y, aunque éstos no son malos, se debe restringir su consumo a una o dos veces por semana", sugiere.

QUE SEA SU ASISTENTE

Involucrar al niño en la selección, compra y preparación de sus alimentos es una manera de hacerlo disfrutar la comida.

"Los padres son responsables de qué alimentos ofrecen al niño y cómo se los ofrecen, mientras que los menores son responsables de cuánto comen", comenta la nutrióloga.

De hecho, no hay que obligar al niño a comer más si no quiere.

"Hay que respetar sus señales de saciedad porque así aprenderá a regular la cantidad de alimentos que consume, y, si lo forzamos a ingerir algo que no le gusta, lo único que logrará es que en el futuro lo rechace", dice Erazo.

Otra opción para lograr que coman de forma nutritiva es ser flexibles en los horarios de comida: si no tiene hambre a la hora de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR