Los comicios de la apatía

AutorMarily Lüders / Especial

MOSCU.- Si una persona poco informada llegara a Moscú estos días jamás podría adivinar que el país está en vísperas de elecciones presidenciales. A pocas horas de los comicios, no hay manifestaciones ni se reparten panfletos en las calles, donde los pósters con propaganda electoral se cuentan con los dedos de las manos.

Si a esto se suman las poco entusiastas intervenciones de los candidatos en la televisión, da la sensación que los 12 políticos inscritos para participar en los comicios del 26 de marzo ya han aceptado que las asombrosas cifras de popularidad del Presidente en funciones, Vladimir Putin, le darán el triunfo.

Según el último sondeo disponible, realizado el pasado fin de semana por la Agencia de Opinión Pública, el ex agente de la KGB contaría con 59 por ciento de los votos, lo que le permitiría ganar holgadamente en la primera vuelta. En un segundo lugar, pero mucho más atrás en las encuestas, se ubica Guennady Zyuganov, líder comunista (22 por ciento de las preferencias). Los demás candidatos no alcanzan cifras de dos dígitos e incluso algunos tienen menos del 1 por ciento.

"¿Para qué voy a ir a votar si ya sabemos quién ganará?", es un comentario frecuente entre los moscovitas cuando se les pregunta cuál candidato prefieren. Esa apatía de la población y la poca capacidad de los políticos para generar entusiasmo preelectoral genera temor en el Kremlin, que teme que la abstención llegue a más del 50 por ciento del electorado. Legalmente, ello llevaría a la anulación de los comicios para repetirlos cuatro meses más tarde.

"No sólo los electores tienen claro que éstos son unos comicios poco combativos, los mismos candidatos que compiten con Putin saben que la batalla ya está perdida y que no tiene mucho sentido desplegar grandes recursos para revertir algo que parece inevitable", explica a REFORMA la analista y profesora de la Academia de Ciencias Rusas, Oksana Reznikova.

La especialista agrega que algunos de los presidenciables prefieren hacer publicidad en sectores específicos del país, donde alcanzan buenos resultados en el paso. "Los comunistas, por ejemplo, han preferido concentrar recursos en lo que ellos llaman el cinturón rojo, porque les conviene más que tratar de ganar una batalla en Moscú y San Petersburgo que ya está prácticamente perdida", asegura la analista rusa.

Débil lucha en televisión.

Según la ley electoral rusa firmada por el entonces Presidente Boris Yeltsin en 1995, las campañas entran en vigencia 33 días...

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