Para comer bacán
Autor | Teresa Rodríguez |
BOGOTÁ.- Será la rumba, el placer o los negocios, pero quien diga que Colombia no es un destino en boga se equivoca.
De acuerdo a la Viceministra de Turismo, Sandra Howard, en tan solo un año, este país sudamericano ha duplicado su número de visitantes provenientes de México, Estados Unidos y Reino Unido.
Tan sólo en lo que va del año, Aeroméxico transportó a más de 187 mil pasajeros entre CDMX y Bogotá. En julio, la aerolínea sumó a su frecuencia diaria un tercer vuelo con destino a esta ciudad.
Algo que sorprender gratamente es la variopinta oferta culinaria que tiene la capital.
"Nuestra gastronomía es una expresión cultural tan colorida como nuestra gente", dice Howard.
Es por eso que, para quienes están por descubrir o repetir la travesía hacia allá, van las siguientes seis paradas culinarias que rinden honores tanto al producto local como a las tradiciones y la identidad de la segund nación más biodiversa del mundo.
LEO
Resulta uno de esos restaurantes que merecen una visita sin prisas y un paladar dispuesto a descubrir.
Más que platillos o un menú degustación, Leonor Espinosa y su hija, Laura Hernández, chef y sommelier de Leo, respectivamente, ofrecen una experiencia que hace viajar, sin duda, a los sentidos por los ecosistemas colombianos.
Bosque seco y selva húmeda amazónica se conjugan, por ejemplo, en un conejo ahumado con yuca, mañoco y tucupí; mientras tanto, desierto e insular se fusionan en un kapeshuna (frijol) con santamaría de anís, hongos y jumbalee.
Fermentados artesanales de guayaba, corozo y café conforman la atrevida propuesta de maridaje. Es como un vermut de la selva, dice Laura sobre el fermentado de coca que acompaña el kapeshuna.
Las creaciones de Leonor sorprenden a los más avezados comensales. Su secreto está en echar mano de una compilación de saberes y tradiciones acumulada en sus andanzas por poblaciones indígenas y afro, así como territorios vulnerables.
"A mi cocina la marca la vivencia y el conocimiento. Todo el menú está recreado a partir de experiencias con comunidades", describe la cocinera.
Calle 27B No. 6-75, Pasaje Mompox, +57 1283-8659
EL CHATO
Alejado de los concurridos barrios gastronómicos, éste es un secreto bien guardado entre los bogotanos. Un sitio decorado con una colección de antigüedades, de menú breve, con platos para compartir y precios muy accesibles.
La cocina de El Chato echa mano de la materia prima de pequeños productores locales para transformarla con técnicas de vanguardia.
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