La comedia política / Priistas al fin

AutorDan T.

Mientras Andrés Manuel hace berrinche, Josefina hace como que no pasó nada y Vicente hace como que la virgen le habla, Enrique Peña ya empezó a enseñar los dientes.

Hizo los primeros nombramientos de su equipo y al ver los nombres me acordé de la fábula de la rana y el escorpión. ¿Te la sabes?

Había una vez una rana muy buena gente, o mejor dicho, muy buena rana que vivía junto al río. Cuando llegaba la época de lluvias y la corriente crecía, ayudaba a todos a cruzar las aguas llevándolos en sus espaldas.

Lo mismo hacía con las ardillas que con las ratas (las de cuatro patas, no las de dos). Cierto día llegó el escorpión y le suplicó que lo atravesara porque no sabía nadar.

La rana que ya sabía bastante de la vida, respondió enseguida: "¿Llevarte en mi espalda? ¡Ni loca! ¡Ya sé cómo eres! En cuanto te subas en mí, me inyectarás tu veneno y moriré. Así que no, ni chicles, no te llevo".

El escorpión respondió: "Por favor ranita, necesito cruzar. Ten por seguro que no te picaré. Si lo hiciera, tú te hundirías en el agua y yo, que no sé nadar, moriría ahogado. ¿Entiendes? No me conviene picarte".

La rana dudo unos segundos, pero finalmente se convenció de que el escorpión tenía razón: si la picaba, los dos morirían. Así, comenzaron a cruzar juntos el río.

Cuando iban a la mitad, la rana sintió en la espalda una dolorosa punzada. De inmediato entendió que el escorpión le estaba clavando su aguijón e inyectándole su mortal veneno.

Comenzaron a fallarle las ancas. Se le nubló la vista. Ya paralizada por el veneno, la rana comenzó a hundirse pero alcanzó a reclamarle al escorpión: "¿Por qué? ¿Dime por qué lo has hecho? Me lo prometiste y me fallaste. Ahora moriremos los dos".

El escorpión respondió mientras se ahogaba: "Lo siento. No puedo evitarlo. Es mi naturaleza".

La rana y el escorpión se hundieron y se perdieron en las profundidades del río.

La moraleja de esta historia es: ¿a poco de verdad pensaste que los priistas habían cambiado?

Luego de tantas sonrisas que nos regalaron en las campañas, Enrique Peña Nieto y sus muchachos ya comenzaron a enseñar los dientes.

El virtual presidente electo ya dejó ver que empieza a hartarse de las críticas...

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