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Comedia política / ¿Y si se muere?

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Vincent
AutorDan T.

Una de las grandes mentiras de México es que los mexicanos nos reímos de la muerte. Eso no es cierto: le tenemos pánico. Y es que, supongo que también lo has notado, pero solemos actuar como si la muerte no fuera algo natural, sino una auténtica tragedia. Toda muerte la vivimos como en una película de Pedro Infante: ¡Toritooo!

Me ha tocado, por ejemplo, encontrarme a algún amigo que se ve más triste que un aficionado del Cruz Azul cada final del torneo: los ojos hundidos, los dientes sin lavar en 3 días, peor que Fernández Noroña en domingo.

-Oye, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal?

-Pues sí, estoy muy triste, siento una pena que no sé si voy a poder superar.

-¿Por qué?, ¿qué te pasó?

-Fíjate que se murió mi abuelita.

-Ah, no me digas. Lo lamento mucho. No sabía que todavía vivía. Tú tienes 52, ¿pues cuántos años tenía tu abuela?

-Tenía 94. Tuvo 12 hijos y ya desde hace algunos años tenía problemas de movilidad porque le amputaron una pierna. Ya sabes, complicaciones de la diabetes. Y es que, bueno, pues como tenía sobrepeso, pues una cosa llevó a la otra. Ya nos había pegado varios sustos con el corazón, por lo mismo de que tenía tapadas las arterias. Y es que por más que le decíamos, nunca dejó de fumar. Ay, mi abuelita, era tan alegre. Apenas la vimos el domingo y estaba de buen humor, o al menos eso parecía porque la verdad es que casi ya tampoco hablaba. Fue toda una sorpresa cuando me avisaron que falleció.

¿Sorpresa? ¡La sorpresa es que haya vivido tanto tiempo! Eso me dieron ganas de decirle, pero creo que no lo habría tomado bien. ¿Pues qué esperaba? ¿Que su abuela fuera inmortal? ¿Que llegara a los 125 años perreando salvajemente hasta el suelo?

Esa misma negación a aceptar la muerte la vemos en todas las familias. A ver, ¿cuántos casos no conoces de que se murieron los papás, no dejaron testamento y los hijos terminaron en un pleitazo? Yo no tengo nada qué dejarle a mis hijos, si acaso deudas, pero quienes sí tienen bienes o dinero, ¿por qué diablos no se preparan para morirse? ¿Acaso creen que serán inmortales? ¡Ni que fuera Highlander!

Tengo parientes, no diré nombres, que no pueden ni siquiera pronunciar la palabra "cáncer". O mi tía que tiene diabetes, con niveles de glucosa por arriba de 200, y todos los días se toma su cocacola, porque...

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