La comedia política / ¿Fiesta o velorio?

No es por ser aguafiestas, pero ¿en serio la UNAM está como para hacer mucha fiesta por sus 100 años?

Vamos: es innegable que se trata de una de las instituciones más queridas, respetadas y veneradas en el País. Eso no se lo quitará nunca nadie.

Sin embargo, quizá sería buen momento para que los directivos universitarios se plantearan, con seriedad, si el actual modelo es el que más le conviene al País. Es decir, ¿de qué sirve una universidad que es Patrimonio de la Humanidad si lo que genera son miles de desempleados cada año?

¿Cómo celebrar que la gran mayoría de sus graduados no se dedique a lo que supuestamente estudiaron? ¿Es problema de los estudiantes solamente? ¿O lo es del mercado laboral? Tan fácil que es echarle la culpa al "capitalismo salvaje", al neoliberalismo, al "sistema", a la oligarquía... pero, ¿no será que también tiene algo qué ver la universidad?

En fin, son detallitos que a nadie le importan. Sólo a quien los padece.

Eso no quita que todos juntos gritemos: ¡Goooya!

SOLIDARIDAD

En cierto pueblo del norte del país, había una institución de caridad que se dedicaba a auxiliar a los pobres: ofrecían consultas médicas gratuitas, enseñaban oficios, manejaban una bolsa de trabajo, daban terapia a las parejas, vaya hacían de todo en favor de la comunidad.

Y, claro, la gente del pueblo estaba sumamente agradecida con la institución, por lo que todos cooperaban con lo que podían para su manutención.

Pero resulta que había un diputado priista en el pueblo que nunca, jamás, le había dado un solo peso a la caridad. Vaya, ni siquiera medio centavo habían visto los de la organización de que hablamos.

Ante esto, el director de la institución decidió ir personalmente a hablar con el diputado para plantearle el asunto.

-Señor diputado, mire, vengo porque quería hacerle notar, si me lo permite, con todo respeto, que, pues, este, usted que tiene tan buen sueldo y prestaciones y bonos y tantas prerrogativas, vaya, pues nunca nos ha donado nada, ni medio peso partido por la mitad para nuestras obras de caridad. ¿No querría usted contribuir con...

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