La comedia política / Yo, donador

AutorDan T.

En el velorio de un diputado federal, estaba toda la familia reunida en torno al féretro para rezar el rosario. Antes de comenzar, el sacerdote decide dar unas palabras sobre el difunto:

-Hermanos míos, nos reunimos hoy para despedir a nuestro hermano el licenciado don Espiridión de la Trans Ita, quien, como todos saben fue un mexicano ejemplar. Un político honesto, que nunca robó un solo peso del erario y siempre vio por el bien del País. Como diputado no faltó a una sola sesión, jamás se emborrachó en el Palacio Legislativo, siempre votó de acuerdo a su conciencia y no a los intereses mafiosos de su partido y nunca, pero nunca jamás, aceptó que le pagaran el sueldazo que reciben todos los diputados. Además, como Presidente Municipal no era de los que le daban obras a sus compadres, chambas a sus hermanas y becas a sus amantes. Él nunca espío a nadie, no grabó conversaciones telefónicas, ni se asomó por el ojo de la cerradura. Don Espiridión de la Trans Ita fue tan recto como político, que siempre fue fiel a sus convicciones revolucionarias y jamás cedió a la tentación de cambiarse de partido, nomás para obtener un puesto. Todo esto lo logró, claro, gracias al apoyo que tuvo en casa. ¿Y cómo no lo iba a tener si fue un esposo amoroso, fiel, dedicado, alegre y considera? Inclusive, según me cuentan, nunca le falló a esposa en lo que al deber conyugal se refiere. De igual forma fue un padre abnegado, de esos que a veces pareciera que sólo existen en las películas. Además, nunca tuvo ojos para otra mujer que no fuera su amada esposa. Por esto y por mucho más, don Espiridión deja un hueco imposible de llenar en el alma de todos mexicanos. Al escuchar todo aquello, la viuda le susurró discretamente a uno de sus hijos:

-Por favor, asómate al ataúd a ver quién chingaos está ahí dentro, porque se me hace que nos equivocamos de funeral. Ese no puede ser tu padre.

¡Por fin! La Asamblea Legislativa del DF acaba de aprobar una ley que es para aplaudirse: a partir de ahora, en la capital, cualquier persona podrá dar vida después de la vida... sin tener que pasar por procesos burocráticos. ¿A qué me refiero? A que los legisladores aprobaron una...

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