La comedia política / Dar las gracias

La semana pasada, el jueves para ser exactos, los gringos festejaron el Día de Acción de Gracias.

Se trata de la festividad más importante en Estados Unidos; de hecho le dan mucho más valor y peso que la propia Navidad, por ejemplo.

Es la única fecha en el año en que los gringos guardan sus tradicionales y horrorosas fachas, se bañan, se peinan ¡y hasta se arreglan! Es el único día en que se acuerdan que tienen familia (sí, los gringos sí tienen madre), se reúnen, se sientan a ver el futbol americano, se pelean, cenan, se vuelven a pelear, se abrazan y al día siguiente todos se van de compras.

De hecho nadie trabaja de jueves a domingo. Bueno, nadie excepto los que tienen que atender a todos los que van de shopping a las tiendas.

En fin, lo importante no es el pavo ni las compras, sino el fondo de la festividad. Eso es lo que me gusta. No se trata de reunirse para celebrar o mal celebrar a dios alguno, nada de eso. El motivo es muy sencillo: dar gracias.

¿De qué tenemos que dar gracias los mexicanos? ¡Uf! Cada quien sabrá. Ha sido un año del carajo, pero con todo y todo creo que, muy en su interior, cada quien tiene una lista pequeña de cosas por las cuales dar gracias.

Pensando en esos regalos de la vida por los que yo debería dar gracias -como el de tener a Susana a mi lado-, me acordé obviamente de todo lo que he perdido en el año. Y por eso me puse a escribirle una cartita a ese ser supremo en el que cada uno de nosotros puede o no creer.

Y esto fue lo que le escribí:

Señor:

Vaya que ha sido complicado este año. De hecho, hay quienes dicen que ha sido más bien difícil. Otros afirman que ha sido un año del carajo.

Yo lo que creo es que, pese a todo, te tengo que dar las gracias.

Y digo "pese a todo", no porque esté molesto contigo ni nada por el estilo, sino porque como bien sabes, a veces me da la impresión de que me cargas la mano. Poquito, Señor, poquito, pero a unos nos aprietas más que a otros.

Este año estrené mi casita, esa que me costó tantos años de cuotas al Infonavit, ¡y te la llevaste! Bueno, se la llevaron los del banco, pero no me enojo porque seguramente fue tu voluntad.

Y luego mi carrito, el rojo, el que había sido mi favorito desde que yo era niño, también te lo llevaste. Sí ya sé...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR