La comedia política / En la cárcel con Elba Esther

AutorDan T.

El otro día estaba un peligroso delincuente recluido en el penal de máxima seguridad cuando llegó a visitarlo su esposa.

-Hola, mi amor, ¿cómo estás?

-¿Cómo quieres con una condena de 40 años de cárcel?

-Ay, viejo, eso también me tenía bien preocupada y por eso el otro día fui a ver al director del penal.

-¿Y qué te dijo ese desgraciado?

-Pues... me pidió sexo.

-¿Cómo se atreve ese infeliz?

-Sí, me dijo que por cada vez que me acostara con él, te reduciría un mes de sentencia.

-¡Ah, pinche viejo! ¿Y tú qué le dijiste?

-Nada. Pero ya recoge tus cosas que... ¡nos vamos para la casa!

Tristemente este no es el caso de Elba Esther Gordillo. Y es triste para ella, pero no para el resto de los mexicanos, nosotros los simples mortales que no logramos imaginar lo qué significa gastar 2 mil millones de pesos en tan sólo cuatro años. Para nosotros -seamos sinceros- no es triste que Gordillo esté bien guardadita en el bote. Admítelo: te da cierta alegría verla lejos de su Hummer, de sus bolsas Louis Vuitton, de sus guaruras y de sus joyas. De las cirugías no se puede deshacer, pero, bueno, esas le quedarán por siempre como recordatorio de toda la lana que se robó. Así, cada vez que se mire en el espejo, dirá: "Este ojo de alien fue de las cuotas de la Sección 17; esta papada fue con la lana de Enciclomedia; el silicón en este pecho se lo debo a mis compañeros de Michoacán; acá la liposucción fue cortesía de los alumnos que se quedaron sin desayunos escolares". Tienes que reconocer que desde hace una semana, compras este periódico que tienes en tus manos para enterarte de qué nueva transa le descubrieron a la maestra. Quieres saber si ya la metieron en una celda de castigo o si es novia de la Reina del Pacífico. Nos causa morbo saber cómo es ahora la vida de Gordillo. ¿Te la imaginas? Acostumbrada a desayunar salmón y champaña, hoy se tiene que acostumbrar a un bolillo, un cosa que parece huevo revuelto y, si bien le va, café. Claro: a menos que ya haya comprado a la directora...

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