La comedia política / ¡¡¡Está temblando!!!

AutorDan T.

¡Qué feo estuvo el temblor! Fue horrible ver a mi vecino salir corriendo en calzones. Si tan solo los hubiera traído limpios, pero ni eso. Todos faroleados los traía. Y no los traía puestos, sino que los traía en la mano. Supongo que le estaba poniendo Juan al niño con su señora, porque ella ni siquiera los calzones alcanzó a agarrar. Se salió, así, en pelotas. Bueno, supongo que eran pelotas porque botaban en el piso y rebotaban hasta el techo. ¿A ti en dónde te agarró el temblor? Si vives en Ensenada o en León, obviamente ni te enteraste. Pero a quienes vivimos en el DF, Morelos y Guerrero, el temblor nos agarró... pero de los desos. Nos sacudió, nos arrastró por el miedo, nos aventó contra la pared y nos hizo sentirnos más insignificantes que la Selección Nacional. Este sismo ha sido más comentado que los anteriores porque se sintió más fuerte, pese a que su magnitud no fue tan grande como se creía. De acuerdo con el sismológico fue de 5.8 grados. Yo supuse que era superior a 7 grados, pues la mareada que me puse sólo la he sentido con 7 vasos de mezcal. Es curioso, mi mujer no despierta nunca, excepto cuando llego después de las 3 de la mañana. Salvo eso, ella duerme (o dice dormir) como un tronco. Sin embargo, esa noche se levantó despavorida. Y dentro del susto, lo que me emocionó hasta las lágrimas fue que se levantó gritando mi nombre. Por supuesto me equivoqué. Gritaba mi nombre no porque estuviera preocupada por mí, sino para cerciorarse que no me hubiera escapado de la casa con mis amigotes. Sin embargo, lo peor del temblor no fue el susto, sino las payasadas que decía la gente al día siguiente. Un tipo que trabaja conmigo (no sé cómo no lo han corrido) decía que el temblor había sido mayor de 5.8 grados, pero que el gobierno ocultaba la verdadera magnitud por alguna extraña, misteriosa y truculenta razón que ni su calenturienta cabeza podía encontrar. Luego una señora que es vecina de mi mamá y que tiende a tirarse al drama (obvio: es lopezobradorista) me dijo muy segura de sus palabras, como si se las hubiera dictado el espíritu santo: "Los que vivimos el...

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