Combatir emisiones de gases ya no basta

Luis Méndez, corresponsal

MADRID, España, agosto 13 (EL UNIVERSAL).- La salud del planeta empeora a marchas forzadas. El cambio climático está acelerando el deterioro medioambiental y mermando la productividad de la tierra, con el agravante de que el sector agropecuario contribuye cada vez más al calentamiento global, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria.

La supresión o reducción de los gases de efecto invernadero (GEI), procedentes de la industria, centrales eléctricas y medios de transporte, aún es imprescindible en la lucha contra la crisis climática, pero hay que implementar terapias de choque adicionales para transformar el modelo alimentario, advierte el último informe difundido en Ginebra por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU.

La renovación del sistema alimentario a nivel mundial implica cambiar la dieta de buena parte de la humanidad para rebajar, sobre todo, el elevado consumo de carne que estimula en muchos casos la expansión del sector agropecuario, con los consiguientes perjuicios para el medio ambiente. La conservación y restauración de los bosques son tareas igualmente prioritarias para afrontar la emergencia climática y el problema de la biodiversidad, subrayan los expertos reunidos en la ciudad suiza.

Será imposible luchar contra el calentamiento del planeta si no se produce un giro radical en los hábitos alimentarios y en el modelo agroindustrial, agrega el IPCC, que detalla que más de una cuarta parte de la superficie terrestre está sujeta a la degradación provocada por el ser humano.

"La importancia del informe de Naciones Unidas es que aterriza el problema, se mete hasta nuestra cocina, porque nos dice que si no cambiamos el sistema alimentario, por más que modifiquemos el sistema energético y avancemos en transportes sostenibles, no lograremos evitar un cambio climático catastrófico", señala a EL UNIVERSAL Julio Barea, responsable de las campañas de consumo y biodiversidad de Greenpeace.

Las emisiones del sistema alimentario en su conjunto representan 37% del total de las emisiones mundiales de GEI inducidas por el hombre, por lo que habría que doblar el consumo de frutas, hortalizas, cereales, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad la ingesta de carne roja. Los especialistas resaltan que el derroche de alimentos es el causante de 10% de los gases nocivos que se expulsan a la atmósfera.

Tras enfatizar que el consumo de carne se ha duplicado en los últimos 60 años, la...

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