Combate Andruetto el lenguaje neutro

AutorAdolfo Córdova

Deja su casa enclavada en los cerros de la llanura noroeste de Argentina para tomar un avión hasta la metrópoli londinense... y hacer historia. Es la primera vez que el Premio Hans Christian Andersen, que se entrega cada dos años desde 1956, es otorgado a un latinoamericano hispanohablante y María Teresa Andruetto es consciente de ello.

Percibe a Latinoamérica y al castellano en una "cierta periferia" del mundo, pero es ahí donde reside también su potencia.

"Un escritor de literatura infantil que escriba en lengua castellana no alcanza tan fácilmente la traducción a otras lenguas. Pero hay que aceptar en esa condición periférica la posibilidad de creatividad, ser conscientes de la riqueza que hay ahí", afirma en entrevista telefónica.

La autora considera que en la periferia residen las particularidades del lenguaje de cada región, y ese es otro de sus bastiones.

"Muchas veces se me ha dicho que mi escritura era buena pero que era 'muy argentina' y yo considero que justamente en la particularidad, en la lucha contra lo neutro, es donde está la gran posibilidad de la escritura.

Y entonces Andruetto se pregunta ¿quién manda en el lenguaje? y responde que manda el punto de vista que el autor elige para el relato.

"Si yo elijo un relato en primera persona, si la primera persona es de habitante de una región, tengo que oír cómo habla y hablará con toda esa particularidad. La lengua es todos. La lengua está ahí y nosotros los que escribimos nos la apropiamos, entonces le debemos nuestra coherencia, le debemos nuestra fidelidad...

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