Colorean sueños infantiles

AutorMaría Luisa Medellín

Editora: Rosa Linda González

Adriana Guerra y Vanessa Arizpe son tan creativas que sus amigas les pedían consejos para organizar las piñatas de sus hijos o sobrinos.

Pero en una ciudad con tres expos anuales sobre el tema y más de 100 expositores, lo que inició como hobby se convirtió en una forma de vida en la que se divierten a lo grande.

El detalle es lo que cuenta

Con cinco meses de embarazo, Adriana se propuso disminuir el ritmo de su agenda, pero definitivamente no se le da. Le basta oír "fiesta" para empezar a maquinar cómo hacer del evento todo un suceso.

En la última semana se ha dividido entre la decoración de una casa muestra, un 15 años para una cumpleañera de 30, cuyo esposo planeó sorprenderla con el gran festejo y el primer aniversario de Benito.... ¡el perro de su hija Sofía!

Sentada en una silla de forja, en el jardín de su casa, al sur de la Ciudad, muestra entre risas los diminutos gorros metálicos que ha diseñado, en tanto que Sofía, de seis años, comparte emocionada que vendrán sus amigas y sus mascotas, y que harán bolsitas con croquetas de huesitos y microlentes de sol.

Adriana Guerra Garza, diseñadora de interiores de profesión, ha dedicado los últimos cinco años, de los 37 que tiene, a crear conceptos personalizados para fiestas infantiles, en su negocio Dream Maker, aunque la llaman para todo tipo de celebraciones.

"Le digo a mamá que tiene la culpa de que me dedique a esto, porque veo las fotos de mis piñatas, que en ese tiempo se acostumbraban sencillas, y las mías eran espectaculares: súper decoradas, con adornos desde la entrada, y el detallito, la bolsita...", cuenta esta mujer de sonrisa constante y cabello lacio a los hombros, uniendo índice y pulgar.

"Crecí viéndola arreglar las fiestas y muy activa en clubes de jardinería. Recuerdo muchísimo una que me hizo donde las flores colgaban de los árboles del jardín, y otra de fresas, no sé por qué escogió ese tema, pero la piñata, las bolsitas y hasta los vestidos las traían".

El sello de la familia no podría ser otro que la creatividad, pues don Alberto, su papá, es arquitecto y sus hermanas Elsa y Patricia son diseñadoras.

"Para nosotros, una reunión o evento implica buscar detalles que hagan la diferencia", exclama Adriana, de baja estatura y ojos oscuros y chispeantes, quien platica que desde niña tuvo facilidad para las manualidades.

Aunque la primera fiesta en la que "metió su cuchara" fue en su 15 años. Ella y una prima hicieron las invitaciones a mano y junto con su mamá planeó cada detalle para el lucimiento del festejo.

Le divierte acordarse de las reuniones de cumpleaños que organizaba para su ahora esposo, Felipe Arredondo. Confiesa que a él no le agrada tanta minucia, y por lo mismo ha ido aplazando una fiesta africana que a ella le burbujea en la cabeza, con fuego, plumas y animales, ya que su hobby es la cacería.

"Yo me casé el 19 de diciembre de 1998, y me encargué de la decoración de mi boda. La novia de un amigo nuestro era de París y le...

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