Colaborador Invitado / Roberto Gallardo: Trenes, mentiras, mansiones
| Autor | Colaborador Invitado |
Nuevo León tiene un problema histórico con el abasto del agua, pero quedó resuelto, con inversiones bien planificadas hasta 2023, hasta que las autoridades descubrieron "convenientemente" que la escasez comenzaría en 2015. El proyecto de Monterrey VI, impulsado por Rodrigo Medina y Enrique Peña Nieto, plantea llevar a Cerro Prieto agua del Río Pánuco, a un costo de 47 mil millones de pesos, mediante una Asociación Público Privada (APP) que endeudaría al estado por 27 años. Originalmente costaría 14 mil millones de pesos. Hoy cuesta casi cuatro veces más.
¿Para qué traer agua de tan lejos? ¿Por qué subió tanto el precio? ¿Qué las inversiones anteriores no habían resuelto el problema? El gobierno dice que por razones de "interés público" la información se encuentra reservada. Por ello, un grupo de ciudadanos nuevoleoneses, representantes de diversos organismos intermedios y ONGs, hemos exigido al gobierno que haga pública toda la información sobre el acueducto Monterrey VI, en un plazo perentorio de 10 días hábiles. La exigimos en calidad de ultimátum, efectivo a partir del miércoles pasado, pues no hay interés público por encima del derecho a saber lo que hacen con nuestro dinero. Queremos comprobar que hay falsedades e inconsistencias en lo poco que se sabe del proyecto. Necesitamos la información para hacer evidente la red de intereses que está detrás de este proyecto. Queremos que la opinión pública sepa que la obra es innecesaria y pueda manifestarse contra ella con pleno conocimiento de causa.
El gobierno falsea información al imprimir un sentido de urgencia al proyecto, señalándolo como indispensable. Hay capacidad para garantizar el abasto hasta el 2023, y con medidas simples de ahorro y optimización, hasta el 2031.
Además, el trasvase de agua entre cuencas que son ecosistemas distintos implica per se un riesgo ecológico. La información que opaca el gobierno nos permitiría saber si al menos han considerado el peligro que la obra entraña para el balance ecológico del sistema receptor. Esconden también los análisis comparativos entre sistemas hidrológicos. Las aguas del Río Pánuco contienen desechos industriales, agrícolas y de minería. No deben ser vertidas en Cerro Prieto, que tiene agua potable. Mezclarlas afectaría uno de nuestros derechos humanos más básicos: contar con agua limpia para beber.
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