Colaborador Invitado / La reforma que necesita el DF

AutorColaborador Invitado

Mario Delgado Carrillo

Secretario de Finanzas del Distrito Federal.

La Ciudad de México ha sido y sigue siendo política y económicamente el centro estratégico de nuestro país. En ella se ubican las sedes de los tres Poderes de la Unión, así como la generación más significativa del Producto Interno Bruto del territorio nacional. Se trata del principal polo generador de riqueza económica, cultural y social.

El Distrito Federal, como las demás capitales del mundo, ofrece servicios que no solamente benefician a sus residentes, sino también a los ciudadanos del resto del país. Sin embargo, no se ha comprendido el papel estratégico que tiene la Ciudad de México para el presente y el futuro del país. Lejos de ello, en los últimos años la Federación ha dejado de apoyar su desarrollo.

Una capital segura, limpia, con una economía dinámica, inmuebles históricos conservados y con servicios públicos aceptables es un activo para la nación entera; a este fenómeno se denomina capitalidad. Es por eso que en muchos países las ciudades capitales reciben transferencias especiales para compensar dichos gastos. Berlín, Berna y Bruselas, por citar algunos ejemplos, reciben compensaciones federales para pagar servicios específicos como el transporte público, para el mantenimiento de espacios o para desarrollar actividades culturales.

Una muestra de los costos inherentes a ser ciudad capital es el hecho de que buena parte de los inmuebles del gobierno federal y de las representaciones internacionales aquí domiciliadas no pagan el impuesto predial. Para dimensionar el problema, la Ciudad de México es sede de más de 80 embajadas, alrededor de 150 inmuebles federales, las sedes nacionales de los partidos políticos y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que en su mayoría están exentos del referido impuesto. En países como Canadá y Bélgica las instituciones nacionales tampoco pagan este impuesto, pero a cambio existe un fondo compensatorio.

Son diversos los costos asociados a ser la capital del país. Otro buen ejemplo es el costo en que se incurre cuando se utiliza la fuerza policiaca local para cuidar embajadas, atender manifestaciones ciudadanas derivadas de conflictos atribuibles a dependencias federales o vigilar eventos cívicos de gran envergadura.

Aunado a lo anterior, hemos perdido de vista que la Ciudad de México es el principal activo que tenemos para participar en la competencia económica global entre ciudades. Es indispensable potenciar su...

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