Colaborador Invitado / Leopoldo Maldonado: Fideicomisos: cruel elección

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Vamos a pensar un día en la vida de una o un periodista en una localidad de Baja California, Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo o Chihuahua. Cubrir la conferencia de prensa de algún funcionario gimoteante quejándose de las críticas en los medios, ir a una protesta donde la policía carga contra comunicadores y manifestantes o acudir a la escena de una de las decenas de crímenes atroces que ocurren en este país para ser agredido por algún funcionario de alguna procuraduría.

Al desgaste de un trabajo cuyo propósito central es informar a la sociedad, hay que cargar con las descalificaciones proferidas por autoridades, las amenazas de grupos criminales, el hostigamiento de partidos políticos u otros grupos sociales. No termina ahí. La violencia contra ellas y ellos escala a las agresiones físicas, la desaparición y el asesinato como forma de censura más extrema. Vivimos en un sistema político y económico donde la censura y el silencio configuran las condiciones de existencia de dicho sistema.

La libertad de prensa sí está bajo asedio en México. En Artículo 19 dimos cuenta que durante el primer semestre de 2020 se agredió a la prensa cada 11 horas. Ello significó un aumento de agresiones del 45% respecto al mismo periodo de 2019. Los principales perpetradores de esta violencia fueron funcionarios públicos. También, con el reciente informe "Ya nadie publica eso", exponemos la pérdida atroz que sufren las familias de periodistas víctimas de asesinato y desaparición, así como la comunidad en la que informaban.

Todo esto sucede pese a la existencia de un Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que desde su creación en 2012 sobrevive muy a pesar de los gobiernos en turno. Dicho Mecanismo, resultado de la lucha de organizaciones y periodistas, tiene (todavía) un Fondo de Protección bajo la forma de Fideicomiso Público. Ese Fondo sirve para dar medidas de seguridad duras: escoltas, cámaras de videovigilancia, reubicación de domicilio, chalecos antibalas y hasta automóviles blindados. A la par, ha sido auditado hasta el cansancio con observaciones francamente menores. Gracias a ese dinero se salvó la vida e integridad de 1304 personas, de las cuales 418...

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