Colaborador Invitado / Jans Fromow-Guerra: Sociedad civil y desarme nuclear

AutorColaborador Invitado

"Nunca murmures en presencia de lo equivocado".

Bernard Lown. IPPNW,

Premio Nobel de la Paz 1985.

Todo lo que consideramos valioso: nuestra cultura, historia, civilización y la vida en el planeta como la conocemos, está en riesgo por la existencia de las armas nucleares (AN). Hoy existen 15,000 AN que tienen por rehén al futuro de la humanidad. 1,800 en estado de alerta máxima capaces de ser armadas en 15 minutos y de llegar a cualquier rincón del planeta en 30. La obscena cantidad de recursos económicos que se destinan en estas armas insulta nuestra humanidad y pone en duda nuestra inteligencia. Del gasto mundial militar anual el 8% le corresponde a las AN. Visto de otra forma, gastamos en estos instrumentos de muerte alrededor de 300 millones de dólares diarios. Con esta tendencia estaremos superando la cantidad de 1 billón de dólares por década. Recursos suficientes para atender las prioridades humanas más apremiantes del mundo en los aspectos de nutrición, salud, educación, energías limpias y medio ambiente.

La retórica falaz con que los países poseedores de AN y sus dependientes defienden su posesión y potencial uso no resiste el análisis serio ni el debate científico. Es ingenuo pensar que, mientras existan, no puedan ser detonadas ya sea por intención, accidente o en el marco del terrorismo nuclear. Estudios científicos del más alto nivel muestran que aun en una conflagración nuclear limitada, utilizando menos de la mitad del 1% del total del arsenal nuclear existente, los resultados serían catastróficos y globales. Aparte de los 20 millones de muertos en menos de una semana (toda la Segunda Guerra Mundial tuvo alrededor de 50 millones) los cambios en el clima, patrón de lluvias y reducción de cosechas en todo el mundo, darían en los 10 años siguientes al conflicto entre 1,500 y 2,000 millones de seres humanos muertos solo por hambre. Imaginemos los daños de una conflagración a escala mayor.

Ante este escenario terrible y posible, surge una luz en el camino. En el año 2005, Ron McCoy, ginecólogo malasio y ex Presidente de International Physicians for the Prevention of Nuclear War -IPPNW (organización en la que participo desde 1991 y de la que soy ex Vicepresidente)-, lanza la idea de emular el mecanismo que llevó a la prohibición de las minas antipersonales: Crear una campaña mundial que convoque a todas las ONGs del mundo que trabajaran en el desarme nuclear desde la no violencia para sumar esfuerzos con objetivos y acciones comunes...

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