Colaborador Invitado / Entre Gurría y Ferrari

AutorColaborador Invitado

Alejandro Calvillo

Al tercer día de la entrada en vigor de los lineamientos para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de visita en México, advirtió que la multiplicación de la obesidad en México pone en peligro la esperanza de vida de las actuales generaciones, así como el futuro del país y la estabilidad de sus finanzas públicas, criticando a los "lobistas" de la industria alimentaria por oponerse a las regulaciones.

La distancia del país ha servido a Gurría para no estar atrapado en las redes de complicidades con la industria y para entender la magnitud de este problema en México, le ha permitido ver los costos de la imposición de los intereses de las grandes empresas y sus lobistas, como Jaime Zabludovsky y el CCE, contra la salud de la población, las finanzas públicas y el futuro del país.

Gurría habla de la necesidad de regular la publicidad y el etiquetado de los alimentos procesados industrialmente, sabe de las políticas públicas que se están desarrollando en Europa para combatir la epidemia de sobrepeso y obesidad, que es mundial pero mucho más grave en nuestro país que en el viejo continente. Además, menciona la necesidad de favorecer fiscalmente la venta de alimentos saludables y gravar la de alimentos perjudiciales.

Para no meterse en problemas, Gurría no mencionó la regulación de la venta de alimentos y bebidas en las escuelas en México, que es ya una realidad en gran parte de las naciones europeas. Qué podría decir a tres días de su entrada en vigor sabiendo que los gansitos, las paletas payaso, los dulces Ricolino y Sonric's, y la chatarra en general, quedaron en las cooperativas escolares. Una regulación que llevó más de ocho meses de discusión en nuestro país y que resultó una farsa al gusto de las empresas: no sólo permanecieron la mayor parte de sus productos dentro de los planteles, ahora el Estado les entregó a las empresas ese mercado nacional cautivo de menores con más de 240 mil escuelas para la venta de nuevos productos con edulcorantes no calóricos. No importó que los expertos en nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública se pronunciaran en contra de la entrada de los edulcorantes no calóricos en las escuelas, como lo hizo el Instituto de Medicina de Estados Unidos que estableció que las bebidas "light" se vendan únicamente en las...

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