Colaborador Invitado / Enrique Alfaro Ramírez: Jalisco: adiós, PAN

AutorColaborador Invitado

Ex alcalde de Tlajomulco y ex candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Jalisco.

Dieciocho años después, el PAN se fue por la misma puerta por la que llegó: la del hartazgo social. Muchos de los jaliscienses que tomaron esta decisión en el 2012 no fueron parte de la elección que en 1995 dio inicio a la era panista. Muchos incluso jamás supieron lo que significó la hegemonía autoritaria del PRI en el gobierno durante décadas. Si acaso, el recuerdo del viejo régimen sólo prevalecía en la mente de los jaliscienses mayores de 40 años.

La única referencia de cientos de miles de ciudadanos para tomar la decisión de cambiar el rumbo de Jalisco fue el proceso de descomposición que sufrió la clase gobernante durante tres sexenios. Los panistas se apoderaron de una franquicia que era propiedad del PRI: la del descaro. Una y otra vez, personajes de diversos grupos de la gran familia blanquiazul ofendieron con sus actos y su inmoralidad a los jaliscienses. Escándalos sobraron durante los últimos 18 años. La honestidad, bandera ondeada por el PAN en su etapa de oposición, fue desgarrada por la ambición y voracidad de personajes surgidos de este partido.

Aunado a esto, la incapacidad para resolver los problemas más apremiantes de la sociedad se convirtió en un detonante de la molestia de la gente. La caída del poder adquisitivo, la creciente tasa de desempleo, los niveles brutales de endeudamiento, la pérdida de calidad de vida, el pobre desempeño del sistema educativo, los bajos niveles de competitividad, la deficiente cobertura en materia de salud y, por supuesto, la terrible inseguridad que ha sacudido a nuestra sociedad, son la mejor muestra de que nunca existió un proyecto de Estado responsable, serio y con visión de largo plazo. Corrupción, cinismo, ineptitud: una mezcla explosiva. Eso fue suficiente para que tres de cada cuatro electores optaran por la idea del cambio en julio del año pasado.

Termina una era en la que el PAN perdió mucho más que una elección. Este partido perdió su identidad, su razón de ser. Los valores y principios que inspiraron a muchos hace años, fueron pisoteados por su clase dirigente y por varios de los gobernantes surgidos de sus filas. Se convirtieron, de...

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