Colaborador Invitado / Alejandra Palacios Prieto: Equidad desde el lugar de trabajo
| Autor | Colaborador Invitado |
En la lucha por la equidad de género y espacios libres de agresión a las mujeres, la conversación pública suele irse en dos sentidos: por un lado, están los que priorizan la responsabilidad del gobierno de procurar la seguridad de quienes, día a día, están cautivas a expresiones machistas, que cuando no lastiman su dignidad personal o realización profesional, ponen en riesgo su existencia misma. Por otro, los que afirman que resolver de fondo este tipo de violencia escapa a la acción de la autoridad, al depender principalmente de un cambio cultural en las relaciones privadas y profesionales entre las personas de diferente sexo.
El debate suele dejar de lado la importancia que tiene la capacidad de las instituciones, sean públicas o privadas, como instrumento articulador para promover espacios laborales propicios para la equidad en el desarrollo profesional e igualdad en las relaciones vinculadas con la familia, además de, por supuesto, libres de acoso a las mujeres.
En la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) hemos escuchado con toda atención a las mujeres que exigen ser tratadas con equidad frente a los hombres. También, el deseo de estos últimos de poder acceder a condiciones más consecuentes con sus derechos como padres de familia. Por eso, llevamos años instrumentando mejores prácticas para cerrar brechas de género e impulsar las capacidades de nuestro talentoso recurso humano.
¿Qué hicimos? Establecimos una ruta crítica institucional que garantiza una creciente equidad:
Primero, dejamos las reglas del juego muy claras. En el marco de nuestra creación, en 2014, establecimos un primer Código de Ética y Conducta con el cual confirmamos de manera explícita que no serían permitidas situaciones de abuso ni discriminación, además de que estas y otras conductas indebidas serían evaluadas por un Comité de Ética independiente, con capacidad para proponer las sanciones correspondientes. Este primer esfuerzo se complementó dos años después con la incorporación de criterios de enfoque de género a este documento, la emisión de las políticas de igualdad laboral y no discriminación, así como el fortalecimiento del Comité.
Segundo, garantizamos procesos administrativos equitativos en el reclutamiento de personal, evaluación de desempeño, otorgamiento de incentivos, capacitación y ascenso profesional. Desde 2015, por citar un par de ejemplos, la selección de personal de nuevo ingreso se da en un proceso de anonimato -el...
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