Colaborador Invitado / 2009: la guerra y la crisis

AutorColaborador Invitado

Luis Alberto Herrán Avila

Ante los ojos del mundo, México se consolidó en 2009 como un país de claroscuros en política interna y externa. El marco: la "guerra" declarada por el gobierno federal contra "los enemigos de la patria" y la crisis económica galopante, ambas con variables nacionales e internacionales que se entrecruzan y crean un panorama complicado para el año próximo.

Desde afuera, se ve un México que se debate aún entre la violencia, la pauperización, la falta de oportunidades y la creciente obsesión por transformar victorias pírricas en grandes y heroicos logros.

La muerte de Arturo Beltrán Leyva a manos de tropas federales nos reveló precisamente uno de los pilares de la lógica que impera en la presente administración: el golpe publicitario por encima de la sobriedad institucional.

Mientras se difundía la noticia en la prensa mundial como un triunfo en la "guerra" contra el narco, nos enteramos también del escabroso ritual al cual fue sometido el cuerpo del llamado Jefe de jefes, la conversión del marino caído en héroe nacional y el espeluznante asesinato de su familia a manos de sicarios.

No son pocas las voces que han señalado la falta de prudencia en el manejo mediático del caso, lo que permitió que información personal y familiar del marino se hiciera pública, así como la falta de protección a la familia.

¿Por qué es tan representativo este caso? Por una parte, porque esta "guerra" trasciende fronteras, pues es apoyada e incitada por el gobierno estadounidense, cuyas palabras de aliento y la ayuda a través de la Iniciativa Mérida se ven superadas aún por su incapacidad para disminuir la demanda de drogas y el tráfico de armas.

Y, por otra parte, se pone en evidencia que, ante la necesidad de mostrar a los mexicanos y al mundo que esta "guerra" está dando resultado, se descuidan otros flancos y se cometen errores que cuestan vidas. El "duro golpe" al narcotráfico se convirtió en un lamentable episodio de negligencia y ligereza institucional que alimenta hacia el exterior la imagen de un gobierno que es capaz de dar muerte a "los enemigos de la patria", pero incapaz de proporcionar seguridad a una sociedad que continúa "poniendo los muertos".

De este modo, México se proyecta a nivel internacional como una nación en guerra, con un gobierno osado, pero impregnado por la corrupción, y una población que no cesa de migrar hacia el norte ante el miedo y la falta de oportunidades.

Otro asunto digno de comentarse es el de la...

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