Colaborador Invitado / Gasto, evaluación y despilfarro

AutorColaborador Invitado

Alejandro González

Director general de Gestión Social y Cooperación, A.C.

No se puede gestionar correctamente lo que no se puede medir. Este principio de la disciplina administrativa aplica tanto al contexto empresarial como al sector público. En los últimos tres años, en México se ha avanzado de forma consistente en la evaluación de los programas federales que entregan subsidios a los ciudadanos. Éstos son relevantes por, al menos, dos razones. Primero, porque es uno de los principales instrumentos de política pública con los que cuenta el gobierno para atender a los grandes segmentos de la población que viven en condiciones de vulnerabilidad, ya sea porque no tienen acceso a la salud, a la alimentación, a la seguridad social, entre otras. De hecho, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estima que el 81.7 por ciento de la población padece al menos una de las ocho carencias sociales de su metodología multidimensional de medición de la pobreza.

La otra razón de relevancia de este tipo de programas es el creciente peso presupuestal que han experimentado en los últimos 12 años. En términos reales han crecido alrededor de 105 por ciento en este periodo. Para el año 2010, éstos tuvieron 338 mil millones de pesos, representando el 13 por ciento del gasto público programable total del gobierno federal. Saber qué sucede con estos programas es clave para tomar decisiones de mejora de los mismos y para asignarles recursos públicos de forma más racional, premiando a aquellos que mejores resultados entregan. Hoy contamos con evidencia valiosa sobre estos programas derivada de las numerosas evaluaciones que entidades como Coneval, la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de la Función Pública han coordinado para dichos fines.

Los programas anuales de evaluaciones 2007, 2008 y 2009 establecieron la realización de un total de 362 evaluaciones de distintos tipos a los programas de subsidio, las cuales permiten estimar su calidad de diseño y su desempeño mostrado en los últimos ciclos fiscales. En dichas evaluaciones se han invertido 89 millones, 842 mil 37.03 pesos. Año con año, la confiabilidad de estas evaluaciones ha ido aumentando, así como la valía de la evidencia que producen. En Gestión Social y Cooperación, A.C. hemos venido monitoreando y sistematizando esta evidencia para producir, por ejemplo, índices de calidad de diseño (ICADI) y desempeño (INDEP) que permiten estimar de forma ágil y...

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