Colaborador Invitado / Claudia Ruiz Massieu: Reforma Energética y turismo

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México está en un momento clave para determinar el rumbo que habrá de seguir en los siguientes lustros: si nos atrevemos a cambiar para aprovechar todo nuestro potencial e insertarnos de lleno en el siglo XXI, o seguimos enfrentando nuestros retos con las limitaciones institucionales y legales del pasado. La convicción del Gobierno de la República es que el momento de actuar para lograr un futuro más próspero e incluyente es ahora. Por eso, el Presidente Peña ha impulsado reformas transformadoras que habrán de situar a México en la ruta de crecimiento que necesitamos.

La reciente Iniciativa de Reforma Energética presentada por el Presidente plantea beneficios claros para el país. Mejorar la economía de las familias y aumentar la inversión y los empleos son algunos de ellos. Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no se privatizan, seguirán siendo parte de nuestro patrimonio común e importantes motores económicos.

La Reforma Energética propone crear reglas claras para que México pueda aprovechar mejor su riqueza energética. Para que Pemex pueda hacer con mayor eficiencia sus tareas, y garantizando que el Gobierno mexicano mantenga la conducción de la política energética, y sin renunciar a la renta petrolera, pueda apoyarse en quienes tienen las mejores capacidades técnicas para extraer el petróleo y el gas, beneficiando a los mexicanos. Permitir que el sector privado participe en la exploración y extracción garantizará que tengamos recursos energéticos suficientes y a precios competitivos, lo que sin duda beneficiará directamente al turismo mexicano.

En el sector turístico, como en muchos otros sectores productivos, los energéticos son una parte importante de la estructura de costos. Los pequeños negocios y las grandes empresas turísticas enfrentan por igual gastos significativos en recibos de luz y gas. De aprobarse la Reforma Energética, los prestadores de servicios de hospedaje, sin importar si se trata de cadenas hoteleras o de pequeños hoteleros independientes, en cualquier punto del territorio nacional, se verían beneficiados al disminuir los costos de iluminación, aire acondicionado o aparatos electrónicos; los costos del gas que se utiliza para cocinar, tener agua caliente o calefacción se reducirían naturalmente. Esto es válido también para todos los restaurantes y negocios en los que se venda comida...

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