Coincidencias espaciales

AutorIvett Rangel

Fotos: Jorge Delgado Enviados

VALLE DE SANTIAGO, Gto.- "Del cielo llegó una luz que se puso al centro del cráter, se encendió más y después se apagó".

Esa imagen quedó grabada con tanta nitidez y certeza en la memoria de Juan José, a la edad de 13 años, que no deja espacio para dudas: esa fue la primera vez que vio un OVNI.

Han pasado más de dos décadas desde entonces, y aún permanece expectante del cielo, soñando con repetir la experiencia, a la par que despacha bebidas frías y fruta picada a quienes visitan La Alberca, el cráter más célebre de Valle de Santiago, la región volcánica de Guanajuato.

Para escuchar historias como la de Juan José hay que viajar a ese municipio que se localiza a

90 minutos de las ciudades de Guanajuato y San Miguel de Allende y que permanece tan desconocido como enigmático. Su orografía es imán para cualquier viajero -y no sólo interestelar.

Tomando como base la ciudad de Salamanca, decidimos recorrer en un solo día el "País de las Siete Luminarias", como se le conoce al valle debido a sus cráteres de volcanes inactivos, de bordes bajos, piso abrupto y centro llano; con hasta un kilómetro de diámetro.

Hay 13 cráteres en el sur de Guanajuato: 7 en Valle de Santiago, 5 en Salamanca y uno en Yuriria.

Dicen, para aumentar las sincronías con el espacio exterior, que su alineación coincide con la figura de la Osa Mayor.

Otros relatos fantásticos condimentan la ruta por esta región.

Ahí están los que hablan sobre monstruos prehistóricos en los lagos de los cráteres, los que relacionan la coloración del agua con algún desastre natural o los que recuerdan las verduras gigantes que seres de otro mundo enseñaron a sembrar a los lugareños en los 70 y que podrían servir de panacea para el hambre en el mundo.

Los viajeros tenemos dos opciones: pasear en bicicleta o a bordo de una camioneta 4 x 4.

EN DOS RUEDAS

Elegimos la bici para conocer cuatro de los cráteres más importantes de esta región volcánica, declarada Área Natural Protegida en 1997: La Alberca, Hoya de Álvarez, Cíntora y Rincón de Parangueo, un total de 9 kilómetros.

A La Alberca se le llamó así porque el cráter contenía un lago, hoy extinto

De esa época dorada, entre 1970 y 1996, cuando era el paraje favorito de los lugareños para bañarse, sólo queda lodo en el fondo, las marcas del nivel del agua y un trampolín de madera que alguien incrustó en la pared.

Juan José vende también, a 10 pesos, fotografías de cuando en el interior había patos, gaviotas, nadadores...

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