Cobran fama filtros caseros
| Autor | Diana Saavedra |
Detrás de cada garrafón de agua, estiman especialistas, se esconde la desconfianza de los ciudadanos por la calidad del líquido que llega a sus hogares, y, aunque ésta sea buena, prefieren desembolsar 9 pesos por un litro o 35 por 20 litros para asegurarse de beberla pura.
Por eso, en los últimos años ha cobrado popularidad la instalación de filtros caseros, gotas desinfectantes y otros productos purificadores. A decir de la doctora Ana Cecilia Espinosa, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, el uso de estos equipos es la respuesta a esa falta de confianza.
Polioptro Martínez Austria, especialista en ingeniería civil y ambiental de la Universidad de las Américas, en Puebla, coincide en que esta desconfianza hace a la gente invertir más dinero del que usualmente debería gastar por la compra diaria de botellas y garrafones de agua.
"La Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) tiene a su cargo la revisión de la calidad del agua que llega a las casas y afirman que es la apropiada. Pero pareciera que es un asunto cultural la desconfianza al agua de la llave", comenta el experto en uso del agua.
Blanca Jiménez, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, encabezó un estudio de Evaluación de la Política de Acceso al Agua Potable del Gobierno del Distrito
Federal, el cual refiere que la existencia de cisternas y tinacos en los edificios revela que la población no confía en que el Gobierno garantice el abasto ininterrumpido del agua que llega a sus viviendas.
"Este es un fenómeno que abarca la totalidad del País. No es una característica distintiva del Distrito Federal. La llamamos potable, pero no en su verdadera acepción, ya que la práctica social consiste en hervirla, instalar filtros o comprar garrafones de agua purificada", precisa Jiménez en el documento.
Ante este panorama, los especialistas coincidieron en señalar que se ha arraigado la costumbre de tener agua adicional, y por ello se accede a varios métodos de purificación, como luz ultravioleta, ozonadores y purificadores comerciales.
"En principio, estos equipos cumplen lo que ofrecen. El problema es la falta de una cultura de conservación de los equipos, pues todos ellos requieren de renovar filtros internos que es necesario cambiar cada determinado tiempo", explica Martínez Austria.
"Desgraciadamente, compramos el dispositivo y ya; creemos que va a funcionar para siempre, lo cual no es cierto, pues tiene una forma de manejo, un instructivo y...
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