'Cobra' Leduc deuda

AutorJésica Zermeño Núñez

El cartelón que Kung Hae Lee portaba en el pecho antes de apuñalarse frente a una multitud en Cancún era claro: WTO kills farmers (La OMC mata campesinos). El dirigente campesino coreano se suicidó el 10 de septiembre de 2003 en una reunión de la Organización Mundial de Comercio auspiciada por el gobierno de México. Decidió cobrarle a la sociedad lo que le debía a los campesinos del mundo, obligándola a presenciar su propia muerte.

Otros cobran las deudas distinto: Ángel Maturino Reséndiz, mexicano de nacimiento, mató a por lo menos 13 personas en Estados Unidos. El asesino del tren, como se le conoció por desplazarse en trenes de carga, fue violado dos veces, la primera cuando tenía 13 años. En 1999 se entregó a la justicia estadounidense, tras cobrarle su suerte a la sociedad. En junio del 2006 fue ejecutado en Texas.

Otros cobradores son más sofisticados. Marcos Williams Herbas Camacho, alias Marcola, es un narcotraficante brasileño que se hizo famoso en mayo de 2006 cuando el diario O'Globo le publicó una entrevista en la que se definía a sí mismo como una señal de estos tiempos, porque de haber sido "pobre e invisible" se había convertido en el azote de todo Sao Paulo con sus ataques a la policía.

"¿Alguna vez el gobierno federal reservó algún presupuesto para nosotros?... Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes están muertos de miedo... Nosotros somos el inicio tardío de su conciencia social", decía Marcola en la entrevista publicada. Un cobrador de carne y hueso.

Todo esto ocurría cuando el guión de la última película de Paul Leduc ya estaba registrado: Cobrador. In God We Trust.

El cineasta mexicano llevaba 15 años separado del rodaje, tras dirigir Dollar Mambo, en 1993. Cuando leyó los cuentos del escritor brasileño Rubem Fonseca, en 1999, tomó una decisión: regresaría, no para siempre, sino para hacer una película basada en esos relatos. El resultado: Cobrador. In God We Trust, un filme que no deja al espectador en paz. La última provocación de Paul Leduc presenta un complejo fenómeno: la violencia.

Pero no es una cinta violenta, sino sobre la violencia a escala mundial, señala el cineasta. Filmada en México, Brasil y Estados Unidos y hablada en tres idiomas diferentes (inglés, español y portugués), Leduc asegura que Cobrador es una película en la que hay muchas tramas, casi con cualquier interpretación válida.

"Lo que yo le pido al espectador con Cobrador es que se pregunte a sí mismo por qué matan, por...

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