Cobra Italia 'entrada al paraíso'

AutorEsteban Israel

EL NORTE / Especial

FLORENCIA.- Setecientos años después de construida en las entrañas medievales de Florencia, la Basílica de Santa Croce vuelve a dar qué hablar.

Aunque la iglesia pertenece al Estado italiano, los franciscanos que la administran comenzaron a cobrar entrada a los turistas atraídos como moscas por las tumbas de Miguel Angel, Galileo y Maquiavelo.

Según la Obra de Santa Croce, la fundación que gestiona esta austera iglesia de altísimos techos de madera y pisos tapizados de lápidas ilustres, las obras de arte convierten a la basílica en un museo y los museos (todo el mundo lo sabe) cobran la entrada.

"Es la única solución para salvar las iglesias italianas. El creciente flujo de turistas impone ciertas reflexiones y no podemos dejar que las iglesias sean invadidas sólo para evitar el calor del verano", dijo Monseñor Giancarlo Santi, director de la Oficina de Bienes Culturales Eclesiásticos.

Florencia, cuna del Renacimiento italiano, a 280 kilómetros al noroeste de Roma, es visitada anualmente por 8 millones de turistas.

Italia tiene nada más y nada menos que 95 mil iglesias y en casi todas ellas hay frescos, esculturas y ornamentos centenarios. Su patrimonio es tan vasto que la Policía las considera los sitios más vulnerables a los ladrones de arte.

Los templos son administrados por la Iglesia católica, pero pertenecen al Estado. Por norma, las iglesias son lugares públicos y no cobran entrada. No sucede ni siquiera en el Vaticano, donde sólo se paga si se quiere ver la Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos.

La Basílica de Santa Croce, un edificio medieval de fines del Siglo 13 con una fachada neogótica añadida a mediados del 19, tiene frescos de Giotto, bajorrelieves y estatuas de Donatello y una capilla diseñada por el arquitecto Filippo Brunelleschi, el inventor de la perspectiva.

Caminar por la nave principal es literalmente pisar la historia. Decenas de tumbas decoran suelo y paredes, entre ellas, las de Miguel Angel, el escritor Machiavello y el dramaturgo Vittorio Alfieri.

Hay también un monumento al escritor Dante Alighieri, el "hijo maldito" al que Florencia expulsó por apoyar al Papa.

Aun así, la iniciativa de Santa Croce no cayó nada bien en los círculos políticos.

"El paraíso cobra entrada. Las iglesias están perdiendo su antigua función de lugares de culto ricos en historia y preciosas obras de arte accesibles a todo el mundo", comentó Antonio Paoluci, superintendente de museos de Florencia.

Los administradores...

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