Cobra Barraza nuevas víctimas

AutorLuis Brito

Alejandra vive con una ansiedad y tensión que le resecan la boca. Es una víctima que Juana Barraza Samperio no conoció ni mató por asfixia, pero a la que le cambió la vida.

De 30 años de edad, la mujer es nieta de una de las ancianas estrangulada por la asesina serial.

"Era mi abuelita, mi amiga, mi consejera, mi todo", resume Alejandra en entrevista.

El crimen se registró en noviembre del 2004 en Santa María La Ribera, Delegación Cuauhtémoc.

Era martes, recuerda y tenía 8 meses de vivir en el departamento de su abuela, después de que la anciana sufrió una caída.

No le importaba dividir el tiempo entre su empleo de comerciante y asistirla en todas sus actividades.

"Toda mi vida habíamos estado en comunicación, diario era llamarnos por lo menos 30 minutos, estábamos conectadas", explica.

Ese día le dejó la comida en el refrigerador. Sabía que a las 14:00 horas en punto tomaría sus alimento y después "Mane" hablaría para reportarse, pero la llamada nunca llegó y tampoco contestaba el teléfono.

Desesperada, Alejandra volvió a casa. Al entrar al departamento...

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