Coalición Ciudadana Nacional: La movilización cuestionada
| Autor | José Eseverri |
Con la bandera ciudadana por delante, la recién creada Coalición Nacional Ciudadana para la Transición Democrática con Justicia y Equidad -integrada por organizaciones sindicales, campesinas y sociales- busca cabida en la agenda política rumbo a las elecciones del 2006.
En principio, la plataforma ciudadana quiere convertirse en un canal de propuestas políticas y sociales que sirva para concretar la ansiada reforma del Estado. El punto medular del nuevo proyecto es convertir a las agrupaciones ciudadanas en promotores e impulsores que abran conductos suficientes para llevar a cabo reformas estructurales en materia económica, electoral, política, laboral y social, entre otras.
Ante los disminuidos niveles de credibilidad de los partidos políticos, la coalición pregona su independencia de candidatos y agrupaciones políticas como uno de sus activos más importantes. Además, sus miembros reconocen que la coalición aprovecha la coyuntura electoral para hacerse pública, aunque su objetivo de trascendencia busca superar a los comicios del próximo año.
En la parte más visible de la coalición están Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. El pasado 26 de septiembre ambos políticos encabezaron el acto de presentación de esta iniciativa.
Para diluir las sospechas de proselitismo o de que sea un grupo de presión, Cárdenas aseguró que la iniciativa no se convertirá en un frente electoral como el que lo impulsó en 1988, cuando la candidatura presidencial.
Es más, apostilló que el fin último de la coalición será convertirse en "autoridad moral" que exija a las futuras administraciones cumplir con "los compromisos que el pueblo de México determine".
La plataforma ha sido convocada por 38 organizaciones sindicales y ocho agrarias, respaldadas por figuras públicas como Francisco Hernández Juárez, líder del sindicato de telefonistas; Agustín Rodríguez, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, y Roberto Vega Galina, secretario del sindicato del IMSS. Los tres forman la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
Nacimiento en época electoral
El nacimiento de colectivos ciudadanos con propuestas apartidistas y alternativas ya se ha presentado en anteriores épocas electorales.
En junio de 1994 el Grupo San Ángel, encabezado entonces por Demetrio Sodi y Jorge Castañeda, buscó convertirse en una plataforma ciudadana para hacer diversas propuestas dirigidas a los actores políticos.
Otro caso representativo fue en 1988, cuando un numeroso frente ciudadano de izquierda buscó proponer nuevas políticas públicas y contribuir al desarrollo del país desde la sociedad civil.
Ahora, la aparición de la Coalición Nacional Ciudadana para la Transición Democrática con Justicia y Equidad ha sido criticada desde diversos sectores. Principalmente por el origen de los convocantes y el respaldo que tiene la plataforma, todo un aparato basado en organizaciones gremiales, entre las que destacan la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos.
El antropólogo y sociólogo político Roger Bartra considera que la coalición ciudadana es un conjunto de sindicatos "disfrazados" de sociedad civil.
"Me parece un poco extraño el hecho de que las corporaciones gremiales se presenten con máscara de ciudadanos. Lo que este grupo de sindicatos debe entregar a la sociedad civil es una nueva propuesta de su propia inserción en un sistema democrático", señala el investigador emérito de la UNAM.
"Más que ofrecerse como mediadores o facilitadores de la democracia, deberían explicarnos de qué manera van a impulsar la transición democrática en sus corporaciones, que por lo general son extremadamente autoritarias".
Por su parte, el académico Luis Rubio cuestiona la conformación de un grupo basado en el corporativismo y que pueda lograr la capacidad suficiente para ejercer presión política y social.
"La pregunta es si queremos un país de corporaciones como en el pasado o si lo que queremos es un país de ciudadanos. Si lo que queremos es un país de grupos de interés, de grupos de presión, entonces es una manera muy natural de transitar hacia allá, donde tenemos los grupos organizados que no necesariamente son los mayoritarios, ni los más necesitados, ni los más capaces ni los más productivos sino los más organizados políticamente que pueden hacer valer su influencia", advierte Rubio.
Además, la presencia de políticos como Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas en la plataforma ciudadana ha generado suspicacias.
Desde su perspectiva histórica, Lorenzo Meyer considera positiva la existencia de estas coaliciones integradas por agrupaciones de la sociedad civil, sin embargo manifiesta su desconfianza en la respuesta que puedan tener los ciudadanos a un grupo como el recién formado.
"Se presentan como expresiones de la sociedad civil pero la sociedad civil en México es raquítica. Sí representan, no hay duda, a grupos de presión y se deben analizar más con la teoría de los grupos de presión que con la de la sociedad civil porque es tan pobre todavía la sociedad civil mexicana", afirma el investigador de El Colegio de México.
"Están trabajando con una sociedad que no tiene tradición de participación independiente en la vida política, hay que crearla y eso va a tomar muchos años".
A la toma del poder
Son las voces de la recién fundada Coalición Ciudadana que buscará impulsar las reformas estructurales en el próximo periodo legislativo. Un impulso más para el tránsito democrático. Una llamada de atención para que las autoridades tomen en cuenta a la sociedad civil. Van de independientes. No aceptarían a políticos oportunistas ni el repliegue corporativista. Son apartidistas pero no apolíticos y no están negados a dialogar con los candidatos ni con los partidos.
¿Cuál es el principal objetivo de la Coalición?
· Mariclaire Acosta Urquidi (MAU):
El agrupar a un sector amplio y diverso de sociedad civil alrededor de una agenda común, indispensable a juicio nuestro, para asegurar la gobernanza democrática y el bien común en los próximos años. También pretende establecer una interlocución con todos los partidos, sea cual fuere su signo ideológico y su fuerza electoral...
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