Exige CNDH investigar abusos en reformatorio
Autor | Marcela Turati |
MURAL / México
MEXICO.- Por más de cuatro años, 60 jóvenes internados en la Escuela de Educación Social para Menores Infractores de Yucatán fueron torturados y algunos fueron víctimas de abuso sexual. Para castigarlos, los directivos de la institución los encerraban en el corral de los cerdos por varios días y los obligaban a comer lo mismo que los animales; les suministraban fármacos para dormir o los amenazaban con inyectarles "sangre con sida".
"Rosa" (nombre ficticio de una de las víctimas) fue encerrada dos meses en un cuarto de tres por tres metros, obligada a beber su propia orina y víctima de abuso sexual.
Los maltratos comenzaron en 1997. La CNDH emitió ayer una recomendación al Gobierno del panista Patricio Patrón, en la que exige investigar a fondo los hechos ocurridos en la escuela y ejercer acción penal contra los responsables, algunos todavía empleados del lugar.
Según la recomendación 10/2002, 12 niños acusaron a la ex directora María del Rocío Martel López de golpearlos con zapatos en la cabeza; de encerrarlos hasta por tres días sin alimento y de obligarlos a hincarse sobre el piso de una cancha, con un bloque de concreto en cada brazo y otro más amarrado a la nuca.
Para obligarlos a delatar a quien cometía una falta usaba otros métodos: les introducía una pastilla de jabón de baño en la boca o los citaba en la dirección, donde les bajaba los pantalones y les apretaba el pene y los testículos.
Si se portaban mal, los amenazaba con enviarlos al Cereso del estado y con obstaculizar su libertad. La CNDH descubrió que varios niños salieron después del tiempo al que habían sido sentenciados y que algunos de los recluidos ni siquiera eran infractores, habían sido llevados al lugar por vivir en la calle o por haber sufrido maltratos en su casa.
Además, los expedientes de siete menores no contaban con las resoluciones judiciales para justificar su estancia en el lugar.
A un niño, a quien apodaban "Bogar", lo vestía con ropa femenina y lo llevaba a dormir al área de mujeres.
La psicóloga Silvia Martín Segura, quien laboró en la escuela cinco años, cuenta que Martel ordenó a los menores que se bajaran los pantalones, los tomó de los genitales y los amenazó con cortárselos con un cuchillo.
"Judith", otra menor, narró que golpeaban a las mujeres con una manguera o las encerraban semanas en un cuarto sin dejarlas bañarse, sólo si miraban a uno de los niños. Ella varias veces fue llevada a la...
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