En el clóset / El silencio de Jodie Foster

AutorGuadalupe Loaeza

Apenas tenía 14 años y Jodie Foster ya había sido nominada al Oscar por su papel de Iris, la prostituta adolescente de la película Taxi Driver, de Martin Scorsese. Para entonces, su rostro encantador, su mirada llena de inocencia y, sobre todo, sus ojos azules ya habían fascinado a miles y miles de espectadores.

¿Cuál era la razón de que esa joven despertara tanta admiración?

Quién iba a decir que su interpretación de Iris iba a cautivar a tal grado a uno de sus admiradores que, incluso, decidió atentar contra la vida del presidente estadounidense Ronald Reagan, en 1981, sólo para impresionarla.

Sí, un joven llamado John Hinckley se enamoró obsesivamente de la actriz de 18 años y comenzó a rondar su residencia, a buscar por todos los medios una forma de acercarse a ella y a recorrer la universidad en la que Jodie estudiaba para verla de cerca.

Incluso, llamó en algunas ocasiones a la casa de la actriz para intentar hablar con ella y poder invitarla a salir. Pero de manera muy correcta, la secretaria de la actriz le respondía: "Lo siento mucho, pero miss Foster no puede contestar su llamada".

Dice Kris Hollington, en su libro Cómo se hace un crimen de estado (Ediciones Robinbook, 2009) que, el 30 de marzo de 1981, antes de salir de su casa en busca de Reagan, Hinckley le escribió una carta a su amada Jodie Foster.

"Como bien sabrás a estas alturas, te quiero muchísimo. En los últimos siete meses te he dejado miles de poemas, cartas y mensajes de amor con la vana esperanza de despertar tu interés por mí. Aunque hemos hablado por teléfono un par de veces, nunca he tenido el valor de acercarme a ti y presentarme.

"Además de mi timidez, sinceramente, tampoco quería molestarte con mi continua presencia. Sé que todos los mensajes que te he dejado en la puerta y en el buzón han sido un incordio, pero creo que era la mejor manera para mí de expresar mi amor por ti", le expresaba en la misiva.

Apenas unas horas después, Hinckley le disparaba a Reagan cuando el mandatario bajaba de su limusina, en Washington D.C.

Luego de ser detenido, un juez dictaminó que el joven, además de estar obsesionado con Jodie Foster, padecía un trastorno mental.

Tras el atentado contra el presidente Reagan, John Hinckley fue internado en un centro psiquiátrico, bajo una intensa supervisión médica.

Aseguran que, a pesar de los años y el encierro, Hinckley nunca ha dejado de amar obsesivamente a su actriz favorita.

¿Cuál habrá sido la reacción de Hinckley cuando los medios...

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