A la clienta, lo que pida

AutorSandra Rodríguez

Algunas personas consideran que la mujer mexicana es más conservadora que las damas de las grandes capitales del mundo.

Sin embargo, la ropa muy original de alta vanguardia no es difundida y popular en absolutamente ningún lado del planeta.

Un Ejemplo Claro

Para muestra, basta un botón. La norteamericana Donna Karan en un principio se hizo famosa por su ropa negra de corte sencillo. Pero sus ventas bajaron cuando se le ocurrió integrar más colores y lanzar túnicas y otras prendas poco favorecedoras tipo "New Age".

No tuvo más remedio que volver a sus orígenes.

Amor por el Arte

Otro caso representativo es el de Isaac Mizrahi. Llegó a tener bastante éxito, sobre todo por sus piezas de cintura fruncida.

Pero Isaac siempre había tenido una fuerte inclinación por lo artístico de hecho, participó en la película Fame), y deseaba innovar cada vez más en cuanto a diseño. De hecho, dejó de trabajar esas cinturas especiales que las clientas pedían y propuso creaciones más espectaculares, pero menos ponibles.

¿El resultado? Sus diseños siguieron figurando en publicaciones como Vogue y WWD, pero no se vendieron. La casa Mizrahi, por problemas económicos, se vio obligada a cerrar.

¿Adiós a la Innovación?

En otras épocas, los diseñadores realmente dictaban moda. Proponían, por ejemplo, determinados colores o largos de falda.

Sin embargo, hoy son los clientes los que marcan la pauta. Si un diseñador ignora las exigencias del mercado (que hoy busca estilos cómodos y sobrios), difícil que su labor resulte rentable.

Entender esto ha sido el secreto del éxito de marcas y tiendas estadounidenses como Tommy Hilfiger, Ralph Lauren, Banana Republic o Gap.

Según Teri Agins, autora de "The End of Fashion" ("El Fin de la Moda", de Harper Collins Publishers), la moda cada vez interesa a menos personas.

A principios de los años 80, se impusieron los excesos en cuanto a color diseño. Pero para fines de esa década, surgió la idea de usar jeans, sudaderas, pants y tenis en todo momento.

Ciertamente, hoy las personas no son tan desarregladas, aunque sí se han mantenido vigentes los principios de comodidad y relajación de códigos de vestuario.

Por otro lado, las mujeres han notado que comprar ropa simple y atemporal les permite ahorrar, pues puede usarse a lo largo de varias temporadas.

De hecho, cuando llegan a animarse a usar prendas un poco más "fashion", insisten en comprarlas en establecimientos con precios mesurados, como Zara.

El Fenómeno 'Prontamoda'

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