La clave de Israel para vacunar

AutorREFORMA / STAFF

Preparación, innovación y transparencia son las claves de la exitosa campaña de vacunación masiva de Israel, país que lidera la tasa de inoculación contra el Covid-19 a nivel mundial.

Israel comenzó a vacunar a mediados de diciembre pasado, y hasta ayer ya había inoculado con una primera dosis de Pfizer a 2 millones 5 mil 905 personas, casi una cuarta parte de su población (22.57 por ciento).

El doctor Asher Salmon, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud, explicó las distintas medidas que tomó el Estado para prepararse, desde asegurarse que tuvieran el suficiente número de agujas y jeringas, hasta iniciar tempranamente las pláticas con las farmacéuticas.

"Empezamos a investigar el campo de vacunas bastante temprano", destacó Salmon, en conferencia de prensa.

En abril, el Gobierno tuvo las primeras pláticas con AstraZeneca y Oxford. Le siguieron discusiones con Moderna a inicios del verano.

Pfizer, precisó, llegó después, hasta noviembre. Sin embargo, a decir del funcionario, la compañía estuvo dispuesta a impulsar a Israel una cantidad sustancial de vacunas al entender que su nivel de preparación y organización les permitiría comenzar a inocular en cuanto se otorgara el aval de uso de emergencia.

A diferencia de otros países que iniciaron su campaña de vacunación con la población mayor a los 70 o 75 años, las autoridades israelíes bajaron el umbral a los 60.

"Decidimos empezar con una edad más joven pues nos parecía que debíamos llevar un volumen masivo de personas a los centros de vacunación para generar el entendimiento en la población de que es correcto vacunarse", explicó Salmon.

Al tiempo que se inoculaba a este sector, se extendió la vacuna a trabajadores de las primeras líneas de respuesta como conductores de ambulancias, paramédicos y policías, sin importar su edad, con el objetivo de mantener flexibilidad.

"Siempre tratamos de averiguar en todo el país cuántas dosis quedan y no se van a usar el mismo día, y para disminuir el desperdicio las utilizamos en los trabajadores de las primeras líneas de respuesta", precisó el funcionario.

De acuerdo con Salmon, una vez que las vacunas salen del congelador tienen una corta vida, pues deben usarse en menos de 120 horas; ellos, incluso, tratan de no pasar las 96 horas.

El Gobierno también se esforzó en generar, a través de una campaña mediática e informativa, confianza en el público no solo de la importancia de la vacuna sino de que las autoridades...

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