'Clavado' en México

AutorCarla Rippey

Conocí a Roberto en 1974, cuando tenía él 20 años y yo, 23. Había llegado a la Cuidad de México con mi marido, Ricardo Pascoe, en octubre de 1973. Ricardo estudiaba un posgrado en el FLASCO en Chile, pero después del golpe contra Allende, tuvimos que salir para México. Así es que estábamos en contacto con la comunidad chilena, y fue Ricardo quien trajo a Roberto a la casa. No recuerdo nada de la ocasión, pero Roberto me lo recordó así en una carta de 1995:

"Leí tu carta varias veces. Me acordé del día en que conocí a Ricardo, del estrecho cubículo en donde trabajaba allá por el 74 ó 75, de su viejo Volkswagen (¿rojo, verde? no, verde no, tal vez amarillo oscuro), de la primera vez que me llevó a vuestra casa y de la primera vez que te vi, embarazada de unos cuantos meses, la luz muy tenue y tú sentada al fondo de la sala, como si fuera tu nido (estabas embarazada de Luciano) y recuerdo exactamente lo que pensé y sentí; pensé que mi presencia allí, inesperada, no te resultaba grata, y sentí que entraba en una madriguera de loba, en un planeta excesivamente femenino, en donde los nervios están excesivamente a flor de piel, y donde los invitados (yo) estaban a la merced de potencias misteriosas o que más valía mantener en el misterio... me pareciste, también, dispuesta a darme un zarpazo al menor descuido de mi parte".

Roberto vivía con su madre y su hermana en un departamento modesto pero soleado y agradable en la Zona Rosa. Cuando se fueron para España, dos y pico de años después, estuvo relacionada su salida con un hostigamiento injusto de parte de las autoridades hacia la familia porque un ex novio de la hermana fue acusado del asalto a un restaurante de comida rápida.

Recuerdo que Roberto tuvo que juntar todos sus recortes de periódicos y todas sus publicaciones para enseñarlos a las autoridades de Gobernación y así convencerlos de que era poeta, no ratero.

La única vez que vi a su papá (junto con su nueva esposa mexicana) fue cuando nos encontramos en el aeropuerto, el día que Roberto se fue a España.

Es más, a mí se me había olvidado que lo llegué a conocer, pero Roberto me lo recordó en 2003 en una conversación telefónica (creo que se andaba despidiendo de la gente, de alguna manera) y además me dijo que su medio hermano de ese matrimonio ya era político panista.

...

La única ocasión en que recuerdo que se haya puesto malhumorado, o más bien, en que se marchitó por completo, es cuando tuve la idea de invitarlo a un fin de semana en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR