Claudia Ruiz Arriola / Y ustedes, ¿qué van a hacer?

AutorClaudia Ruiz Arriola

Previo a las vacaciones de Semana Santa circulaba por ahí un lindo folletito del Gobierno estatal con recomendaciones para impedir que los amantes de lo ajeno nos visitaran en estos días. Entre otras cosas, nuestras autoridades recomendaban poner cerraduras reforzadas, protecciones en las ventanas, mirillas en las puertas, luces por doquier y alarmas. Todos los consejos eran magníficos, nomás que no garantizaban nada: pese a seguir todos los consejos, algún amante de lo ajeno entró a mi casa de Chapala, rompió vidrios, destrozó la puerta y -dado que mis únicos tesoros son libros- acabó llevándose un magro botín de un estéreo y una bicicleta de montaña (tengo una hermana bocona que dice que la próxima vez, en lugar de llevarse algo, los hampones me van a dejar un kilo de ayuda). Igual el monto de lo robado no lo ameritaba, pero 'ay me tienen cumpliendo mi labor ciudadana de llamar a las autoridades y presentar mi denuncia en la agencia del Ministerio Público de Chapala.

Tras el arribo de una patrulla con cinco elementos de la Policía municipal, se bajó uno armado con un cuaderno de caligrafía forma francesa. Mientras sus colegas alegremente tomaban el sol, el "comandante" tomó mi declaración, enfundó su cuaderno y me dio su más sentido pésame: "ay, seño, pos lo siento mucho". No lo sienta tanto y dígame qué procede. No, pos ni idea; si quiere, llame al MP para que vengan los peritos porque hay dos gotas de sangre allá atrás. Ya está mi comandante, interrumpe el Sherlock de seguridad privada, nuestro sospechoso se cortó (¡Ah, magazo! ¿Habrás estudiado con Agatha Christie o tu talento detectivesco procede de los Hardy Boys?).

Llamada al Ministerio Público: no, seño, el procedimiento dice que primero tiene que venir a levantar la denuncia y aquí decidimos si vale la pena enviar a los peritos (¿y por qué el "comandante" no se sabe el susodicho procedimiento?, me pregunto). Va, pues, todo sea por ayudar a Felipe Calderón en su cruzada contra el crimen. En el MP me pasan con el "jefe" que se sienta al final de un espacio de 2x2 donde hay cinco funcionarios ocupadísimos en sacarse los mocos y quitarse las lagañas. ¿Usted es la propietaria de la casa? Simón. ¿Y de los bienes robados? Pues no, esos cambiaron de dueño sin mi consentimiento, por eso estoy aquí. ¿Y qué se llevaron? Un estéreo y una bici de montaña. ¡¿Nada más?! Afortunadamente los ladrones en este País son analfabetas... Cara de infinita flojera que me mide mientras piensa: "¿y nada más...

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