Claudia Ruiz Arriola / Jano y la rebeldía

AutorClaudia Ruiz Arriola

Decía el buen Aristóteles que los viajes nos cambian la perspectiva, permitiéndonos revaluar los rasgos positivos y los riesgos de nuestro entorno. Ha de ser cierto, porque tras trotar mundo por el Viejo Continente, regreso a mi Itaca particular cumplido el propósito de Kavafis ("si vas a emprender el viaje a Itaca/ pide que tu camino sea largo/ rico en experiencias y conocimiento...") y me encuentro con la noticia de que en una mega marcha contra la impunidad realizada hace un par de domingos, un nutrido grupo de ciudadanos de este País se han declarado en franca rebeldía contra ese carnaval de obscenidades que es nuestra vida política nacional.

La noticia me ha caído de perlas por una añeja convicción de que la rebeldía es una de las cosas más sanas que se han inventado en esta tierra. Rebeldía, apunta Gregorio Marañón, es la generosa inadaptación a todo lo imperfecto de la existencia. Quien se rebela es el que no se adapta, el que no se acostumbra a la miseria, a la injusticia, a la hipocresía y a toda la vileza que encuentra a su paso. Rebelde es el que dice: entiendo que así están las cosas, pero no las acepto. Es -añadiría Camus- el que tiene conciencia de que un sacrosanto límite o frontera ha sido rebasado y exclama indignado: "¡esto ha ido demasiado lejos, basta ya!" ("El Hombre Rebelde", Alianza).

En el caso de nuestro País, resulta obvio que las cosas han ido demasiado lejos. Nuestra clase política se ha cansado de burlarse de nosotros, de obstaculizarse mutuamente, apostándole al fracaso nacional como estrategia para permanecer, llegar o recuperar el poder. Los ciudadanos, con toda razón, estamos hartos de las componendas y vendettas de los partidos de Oposición y de la incompetencia criminal del partido gobernante. No podemos más con las frívolas historietas comploteras de Andrés Manuel, o con los devaneos de empoderamiento de nuestra "Spice Girl" Marta Sahagún y las ambigüedades de su príncipe consorte, ni con la fallida ironía de Madrazo y "su candidata".

Estamos hasta el copete de unas "autoridades" que nos amenazan y amedrentan con Lolita y Dolores, pero que no se exigen al parejo de lo que pretenden imponer. Nos tiene hartos un poder legislativo obeso y costoso que se ha demostrado incompetente a la hora de llegar a acuerdos benéficos para el...

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