Claudia Ruiz Arriola / Autismo y demagogia

AutorClaudia Ruiz Arriola

Hoy voy a comenzar con un par de exvotos: primero, doy gracias a Emilio por un favor recibido (exvoto). Favor que no es un millonario donativo de dinero ajeno, sino algo más valioso: una conducta tan vulgar, baja y arrogante que me facilita el trabajo de explicar una tesis que traigo atorada entre Ajna y Vishuda (o sea el chakra del pensamiento y el de la comunicación) desde hace varios meses. El segundo exvoto es que si el PAN sabe contar, que con mi voto no cuente jamás (ex voto).

Y es que como cualquiera que se haya sumergido por deber, masoquismo o ciudadanía en la maloliente cloaca de la política, yo tengo rato sospechando que el vertiginoso degenere cívico que ha sufrido el País desde el 2006 no tiene un único autor (AMLO o Fox) sino que es obra conjunta del PRD y el PAN (Bestseller del NY Times: Me Acabé el País Porque Era Mío). Uno ha aportado la tinta y otro el papel, pues mientras el Partido de la Revolución Demagógica aglutina a una población harta de no ser tomada en cuenta, el Partido del Autismo Nacional ha hecho gala de gobernantes que ni ven, ni oyen, ni les importa la opinión de los ciudadanos (en el estilacho gacho de nuestro finísimo Gobernador: les "vale madres" lo que diga la ciudadanía, la Constitución y la ley, pues ellos van a imponer sus compromisos de campaña -con el Yunque, la IP y la Iglesia- sobre todas esas babosadas democráticas).

Pero no nos desviemos del tema principal: lo oportuno del desplante de Emilio en el marco del secuestro del Congreso por el FAP es hacernos ver que el autismo del PAN y la demagogia del PRD son caras de la misma moneda. O, más clarito, para que me entiendan los zoquetes albiazules de aquí y allá: el que la democracia se haya salido de los cauces institucionales y legales de la mano de un caudillo iluminado es síntoma de la incapacidad panista de hacer de las vías democráticas conductos eficientes de los legítimos reclamos ciudadanos. En el desmadre perredista, el PAN es el principal accionista.

Y es que pese a las promesas de cambio que llevaron a los panistas al poder, las Cámaras legislativas, dependencias gubernamentales y partidos de Oposición siguen siendo bajo el PAN lo que fueron con el PRI: cómplices, compinches y comparsas de un mal Gobierno. Tampoco, y pese a los heroicos esfuerzos de sus miembros, los institutos ciudadanos han podido hacer mella en la coraza indiferente de los Gobiernos panistas que los han usado para darnos atolito digital: ¡vea con total transparencia...

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