Claudia Ruiz Arriola / Rebeldía entretenida

AutorClaudia Ruiz Arriola

El próximo 20 de noviembre, si los astros no deciden otra cosa, Andrés Manuel López Obrador se pondrá una banda espuria y se declarará Presidente Legítimo de México. A mí, el acto me parece intrascendente. Tan intrascendente como el saboteo de ceremonias protocolarias que el PRD viene haciendo por berrinche postelectoral (no hubo Informe, no hubo desfile: el mundo sigue). Que el hombre se quiera poner una banda tricolor y andar de gira por México no cambia lo que es una realidad (a mí me puede latir calarme la banda de Miss Universo y eso no me da el requerido 90-60-90, ¡ni de lejos!). Ni me molesta, ni me da por rasgarme las vestiduras; es más, puede que hasta lo entienda.

Y es que gracias al libro de Joseph Heath y Andrew Potter, voy cayendo en la cuenta de que AMLO es -como él mismo lo dijo y muchos no le creímos- víctima de un compló. Pero dicho compló no fue organizado por el Estado, ni los medios, ni los ricos y demás "enemigos del pueblo" (me incluyo). No, el compló de AMLO (y pa'l caso de todo ser humano) se llama tiempo, vida o, si se quiere, pertenencia a una generación. Es lo que Ortega y Gasset llamaba "circunstancia": el momento histórico que nos tocó vivir y cuya cultura, mitos, causas, música y particulares formas de rebeldía marcan nuestro "yo", querámoslo o no.

AMLO, como muchos de sus seguidores más cercanos, pertenece a la generación de los Baby Boomers, también conocidos como generación beat o "rojos románticos". Son los llamados hijos del 68, creadores -o usufructuarios- del movimiento hippie y el mito contracultural inspirado en la tesis del Noble Salvaje de Jean Jacques Rousseau (el pobre e ignorante es bueno) y el sicoanálisis de Freud (toda aceptación de normas es represión de mi autenticidad).

Sobre estas dos tesis y un muy noble ideal igualitario, dicen Potter y Heath, los Boomers han creado un estilo político propio, incapaz de transigir con instituciones o normas que consideran más pervertidas que la bíblica ramera Babilonia. Los Boomers son, tal como los describe ese otro icono de época llamado Álex Lora, "rebeldes, contestatarios, anarquistas y revolucionarios" por principio. De ahí que cualquiera que acepte o transija con el camino institucional es acusado de "venderse" o "prostituirse". Para los miembros de este movimiento generacional, lograr la igualdad ansiada -peace and love- requiere una forma no institucional de hacer política: la contracultura que, para no parecer servil, se hace insolente; usa el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR