Los claroscuros del bienestar: Sin gozar de cabal salud

AutorClaudia Ramos

Avance en la descentralización y ampliación de la cobertura, pero estancamiento en el combate a las enfermedades de la pobreza.

Este es el balance de la gestión del presidente Ernesto Zedillo en materia de salud, de acuerdo con las propias estadísticas del sector y el análisis de los especialistas Luis López Hermosa, integrante del equipo de transición de Vicente Fox en el área social, y de Federico Ortiz Quesada, secretario técnico de la recién creada Comisión de Salud Fronteriza México-Estados Unidos y profesor adjunto de la Universidad de George Washington.

De acuerdo con el Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000, durante el sexenio que concluye la cobertura de la seguridad social debió ampliarse para eliminar la duplicación en la operación de los servicios e introducir incentivos en la calidad de la atención.

También debió incrementarse la eficiencia de la atención a la población abierta, a través de la descentralización de los servicios que prestan las instituciones que atienden a esta población.

Asimismo, debieron otorgarse servicios esenciales de salud a la población actualmente no cubierta. Lo anterior, como objetivos generales.

En los hechos, la población sin acceso regular a servicios de salud se redujo de 10 millones en 1994 a 700 mil en el 2000, al incluir a este sector de manera gradual al Paquete Básico de Servicios de Salud, de acuerdo con el reporte México Salud 2000, de la Secretaría de Salud.

En tanto, el porcentaje de ocupación en hospitales para población abierta se incrementó de 56.7 por ciento en 1994 al 65 por ciento en el 2000, según el mismo documento.

Sin embargo, este avance cuantitativo no se tradujo necesariamente en un mejor servicio, de acuerdo con los especialistas.

"El pero es que se sigue cargando con los rezagos sanitarios de la implementación de programas de salud, enfocados más bien a la medicina curativa que a la preventiva", explica López Hermosa.

"Es decir, continuamos viendo que los centros de salud tienen una carga muy importante de pacientes con daños a la salud que pudieron ser prevenidos. Hay una carga muy importante de lo que son las enfermedades de la pobreza".

Ortiz Quesada, funcionario de la Secretaría de Salud, coincide: "hubo avances, pero no los suficientes. Este avance no se tradujo en una buena calidad (en la prestación de los servicios médicos) que se necesita".

No obstante, ambos especialistas advierten que el avance, por pequeño que sea, es un buen avance.

"El control que se dio sobre las epidemias del cólera y del dengue, sobre todo del dengue hemorrágico, y el programa que se dio sobre la cloración del agua potable, aunque parecen medidas aisladas y no de mucho relumbrón, inciden positivamente en la salud de la población, si se considera que cerca del 60 por ciento de las consultas que se dan a nivel del sector salud son en primera instancia por enfermedades prevenibles, como las gastrointestinales", resalta López Hermosa.

La evolución oficial

De acuerdo con el reporte México Salud 2000, de 22 indicadores seleccionados para evaluar, a grandes rasgos, las condiciones de salud de la población mexicana y el impacto de las acciones sanitarias, se destacan insuficiencias en tres indicadores.

Estos son el de la mortalidad materna, el de mortalidad por cáncer cérvicouterino y mamario, y el de morbilidad por tuberculosis pulmonar.

En el primer caso, la dependencia reconoce que "se requiere fortalecer decididamente el Programa de Salud Reproductiva para ampliar y mejorar, entre otros, la atención del embarazo...

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