Los claroscuros del bienestar: Una cosecha raquítica

AutorMarco Antonio Martínez

La tierra es poco rentable. La superficie es insuficiente. Hay mucha población rural en comparación con otros países y gran parte vive en la pobreza. Los programas de gobierno fomentan la producción, pero no capacitan para la venta. Esa es la situación del agro en México al concluir el último gobierno priista en siete décadas.

Al inicio de su sexenio, el presidente Ernesto Zedillo dijo que para estimular el crecimiento económico se invertiría en obras de infraestructura. Anunció construir y modernizar, entre otras cosas, las obras en el campo.

Durante su toma de posesión dijo que su gobierno iba a apoyar al productor agrícola, a dar un nuevo impulso al campo "fortaleciendo la inversión, aumentando la productividad y alentando la organización de los productores" y reconoció que a lo largo de los años el agro ha resentido "severas crisis".

El 31 de octubre de 1995 el mandatario dio a conocer la Alianza para el Campo, cuyos objetivos principales eran: aumentar la producción agropecuaria a una tasa superior al crecimiento demográfico, mejorar el ingreso de los productores agropecuarios dando especial énfasis a los grupos marginados del país, producir más alimentos para el consumo de la población y fomentar las exportaciones.

Ocho años de rezagos

Los principales problemas del campo son la descapitalización y las distorsiones en los mercados en contra de los productos e insumos, de acuerdo con Guillermo Zepeda, autor del libro Transformación Agraria.

En entrevista explica que hubo avances en este sexenio en materia de seguridad jurídica con la delimitación de los derechos de propiedad. Procede ha logrado avanzar, asegura. "Está certificando ocho décadas de irregularidades, de transferencias simuladas y siempre va a ser un problema, pero es un paso que de una vez se delimiten los derechos de propiedad".

Sin embargo, observa que las reformas han sido incompletas.

"Queda incompleta la parte productiva. Debido a la crisis económica del 95 se marginó mucho de la agenda a los temas agropecuarios. Los recursos bajaron, los únicos que subieron fueron los de la Secretaría de la Reforma Agraria porque estaba en proceso de reestructuración, de certificación y de definición de derechos de propiedad. El crédito se vino abajo".

Señala que mientras los mercados de tierras se comenzaron a abrir con la reforma del 92, el de productos apenas comenzó a hacerlo. "Llevan ocho años de rezagos y eso genera distorsiones, porque ya se puede vender libremente la tierra...

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