Un claro fenómeno

AutorAdrián García

La oferta comienza a ampliarse y las aguas embotelladas fluyen cada día más rápido en las mesas de todos los restaurantes.

El comensal se ha vuelto más exigente y ahora busca en este tipo de productos no solamente la seguridad de estar bebiendo agua purificada, sino también un complemento ideal para cada platillo.

"Hace 10 años no pensábamos que este mercado fuera a desarrollarse a lo que ha llegado en la actualidad, pero es ya una realidad.

"Hay comensales que siguen pidiendo agua del filtro, por cuestión de precios, pero la mayoría no objeta cuando se le ofrece agua embotellada porque se aprecia la diferencia en sabores, frescura y pureza", comenta Pedro Poncelis, sommelier del Alfredo di Roma.

Desde el punto de vista de Poncelis, estas aguas gourmet ofrecen una pureza excepcional.

"Son 100 por ciento minerales y naturales, ricas en sales minerales y no contienen conservadores. Muchas de ellas son embotelladas directamente del ojo del manantial, los cuales poseen mucho más propiedades que el agua de la llave, o que el agua purificada", asegura.

Este sommelier afirma que, a pesar de que cada agua presente diferentes características, la elección de las botellas para acompañar los platillos, depende en muchas ocasiones más del gusto del comensal.

¿Esnobismo puro?

Al hablar de este 'boom', no se pueden dejar de lado las opiniones encontradas. Algunos expertos y sommeliers aseguran que es exagerado hablar de aguas gourmet o aguas premium, y que se trata de una visión esnobista adoptada en el País como una moda pasajera.

"En Francia, por ejemplo, han existido catadores de agua desde siempre, pero allá es un tema que les ha obsesionado históricamente.

"Cada zona de aquel país tiene manantiales con propiedades distintas y la gente ha apreciado la importancia de cada una de éstas", explica la experta en vinos e importadora de productos gourmet, Sophie Avernin.

Avernin está en contacto íntimo con la industria restaurantera, su experiencia trabajando con productos gourmet le permite olfatear el comportamiento del mercado. De esta forma, reconoce las causas de que el comensal se incline por aguas sofisticadas, como las de manantial, las cuales ofrecen mucho más propiedades que las purificadas: mayor acidez y diferentes espesores, por ejemplo.

Sin embargo, la experta advierte también que esta tendencia del agua embotellada significa una "privatización" de un recurso natural.

"En el resto del mundo se está creando conciencia de que los envases generan...

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